Rusia también dominó los Campeonatos de Europa de natación en Budapest, dos semanas después de adjudicarse el certamen continental de atletismo en Barcelona. La selección rusa obtuvo el triunfo total en la capital húngara con 28 medallas -13 de oro, 7 de plata y 8 de bronce- logradas en las carreras de la piscina de la isla Margarita, en la competición de aguas abiertas, la sincronizada y el trampolín, pero la victoria en el medallero particular en pruebas de piscina, el plato fuerte de la competición, y las revelaciones llegaron desde el Estado francés.

Terceros en el cómputo general, por detrás de Alemania, con los que empataron a oros, 8 pero con una plata menos, la selección gala alcanzó 21 medallas, 8 de oro, y se adjudicó la natación.

Sin Laure Manaudou, retirada y estrenando maternidad con su pareja Frédérick Bousquet, los chicos arrasaron en el crol donde sólo cedieron el trono en los 200 libre ante el poderoso Paul Biedermann, uno de los escasos talentos germanos en la capital húngara, que saltó a la fama hace un año cuando superó al mismísimo Michael Phelps en el Mundial de Roma de los bañadores milagro. Bousquet (50 libre), Bernard (100), Yannick Agnel (400) y el doblete del fondista Sébastien Rouault en los 800 y 1.500, junto con el triplete de Camille Lacourt han propiciado el éxito galo. Si julio ha sido el mes de Lemaitre, el primer atleta blanco de la historia que baja de los 10 segundos en los 100 metros y posteriormente autor del primer triplete de la velocidad en un Europeo de atletismo-100, 200 y 4x100 metros-, Camille Lacourt puede perfectamente ser el nadador de agosto.

A sus 25 años también ha conseguido su pequeña proeza tras batir el récord de Europa de los 100 metros espalda, ocho meses después de que la Federación Internacional de Natación (FINA) prohibiera los bañadores impermeables. Lacourt, un rubio de ojos azules, que mide dos metros y pesa 85 kilos, paró el crono en 52.11 segundos y se ha marchado del Europeo con tres medallas de oro en su equipaje (50 y 100 espalda y el relevo de 4x100 metros estilos).

El espaldista, curtido en la escuela de Marsella, puso la marca en el esperado retroceso, consecuencia directa de la prohibición de aquellas prendas tecnológicas de poliuretano que aumentaban la flotabilidad y revolucionaron las tablas tras producir más de un centenar de plusmarcas mundiales e incontables registros personales. Sin la ayuda de los Jaked, Lazer o de los Arena X-Glide, tan complicados de poner, la natación ha vuelto a los tiempos de sequía, mientras el tope continental de Lacourt se ha revalorizado dadas las circunstancias.

También el doblete del estilista Laszlo Cseh es reseñable. El húngaro es un valor seguro y no ha fallado en casa, como tampoco su compatriota Katinka Hosszu, tan versátil como efectiva en los 200 mariposa, los 200 estilos, la plata en 400 estilos y el oro en 4x200, el primero de un relevo femenino magiar en un Europeo para un país con tradición de magníficos nadadores.

Suma y sigue

Con Gran Bretaña pensando en los Juegos de la Commonwealth, fechados en octubre y sus Juegos Olímpicos de 2012, su tercer puesto en el medallero particular, por obra principalmente de sus mujeres, le basta de momento. Con la mirada en la cita de Londres está también la incombustible Therese Alshammar. La velocista sueca mantiene a sus casi 33 años todas sus cualidades. Su botín supera las 60 medallas y sigue sumando. En Budapest ha atrapado cinco, dos de ellas de oro.