A dos semanas de que arranque la Liga, Joaquín Caparrós parece tener perfilado el once que levantará el telón frente al Hércules. Un equipo al que sólo tres jugadores han llegado tras formarse en otras canteras. Lezama -o sus aledaños, en el caso de Gaizka Toquero- triunfa en un equipo que, tras la experiencia de las dos últimas temporadas, no se conforma con pelear por la permanencia.

La diferencia se reduce tomando la plantilla al completo, aunque los hombres de la casa siguen siendo mayoría. Más difícil resulta saber si ese peso de la cantera tiene que ver con la confianza o con las apreturas económicas. También hasta qué punto tiene importancia la presencia de Joaquín Caparrós en el banquillo. El técnico utrerano presume de ser un hombre de cantera y, de hecho, son muchos los jugadores que han debutado a sus órdenes en el Athletic, como anteriormente lo hicieron en el Sevilla. Pero no es menos cierto que ha llegado a solicitar en público «un esfuerzo para equilibrar la plantilla». Es decir, tirar de talonario para que jugadores como Raúl García, Joseba Llorente, Azpilikueta, Mikel Arteta o, últimamente, Ander Herrera -la lista de jugadores de primera línea susceptibles de jugar en el Athletic no da para mucho más- llegasen a Bibo.

¿Qué Athletic saltaría al campo el próximo 29 de agosto si se hubiese asaltado la caja fuerte de Ibaigane estos últimos años? ¿Estarían Aurtenetxe o Toquero? A saber, aunque tampoco tendría por qué ser radicalmente diferente al que lo hará realmente. En la era Caparrós no han faltado fichajes -sin demasiados ceros en la mayoría de las transacciones, bien es cierto- ni debuts, pero tampoco apariciones efímeras, jugadores que se han ido tan rápido como habían llegado o los que han visto reducirse su aportación hasta rozar lo anecdótico.

A la espera de lo que suceda con los jugadores que han llegado este verano, son quince los jugadores que ha fichado el Athletic con Caparrós en el banquillo. Nueve siguen en la primera plantilla, pero apenas tres pueden considerarse titulares indiscutibles para el técnico: Iraizoz, Toquero y San José. Otros seis (Koikili, Aitor Ocio, David López, Balenziaga, Castillo y De Marcos) siguen en la plantilla, con roles que van de apariciones más o menos constantes a futuros prometedores, pasando por posibles cesiones. El resto ya no viste de rojiblanco, bien porque se ha jubilado (Armando), bien porque ha hecho las maletas (Del Horno -estuvo cedido por el Valencia en la primera temporada de Caparrós-, Muñoz, Iñigo Vélez y Del Olmo), bien porque busca minutos con una cesión (De Cerio).

Algo mejor han ido las cosas con los jugadores criados en Lezama que han debutado en el primer equipo de la mano del utrerano. Los hay que ni siquiera siguen en Lezama (Etxeita, Urko, Ramos), o que o han pasado de incógnita (Eneko, Aketxe, Xabi Etxebarria, Adrien Goñi), pero también los que han completado el camino. Markel Susaeta ha alcanzado la categoría de «estratégico», Iker Muniain es la nueva estrella rojiblanca y Ander Iturraspe parece haberse ganado un puesto en el once titular. También podría incluirse a Mikel San José, que voló a Liverpool para regresar a Lezama, e incluso Fernando Llorente -aunque debutó bastante antes- tiene mucho que agradecer a Caparrós, que mostró una confianza ciega en sus posibilidades cuando peor le iba. Está por ver lo que sucede con Jon Aurtenetxe, que comenzará la Liga como titular, o incluso con Iñigo Pérez, recientemente renovado.

Entre aciertos y errores, fichajes y canteranos, por cuestión de calidad, edad o preferencias del técnico, la plantilla del Athletic se ha transformado en estas tres temporadas -sólo un tercio de los jugadores que trabajan a las órdenes de Caparrós habían debutado antes de su llegada-. También los objetivos -de la salvación in extremis en la 06/07, a la intención de repetir experiencia copera y/o europea-. El peso de Lezama, sin embargo, se mantiene, con ocho representantes en el once que se enfrente al Hércules. La solución seguía estando en casa.