Dos de las casi cuarenta personas que resultaron heridas el miércoles en la Plaza de Toros de Tafalla, después de que un toro alcanzara las gradas, continuaban ayer ingresadas en el centro hospitalario de Iruñea, se trata de un niño de 10 años que fue pisoteado y una joven. El guipuzcoano J.M.U.A., obtuvo el alta a las 19.00 horas.

El estado del niño fue calificado oficialmente como «grave», aunque en un primer momento las autoridades afirmaron que su pronóstico era leve. El herido se encuentra ingresado en la UCI pediátrica con un «traumatismo abdominal cerrado por aplastamiento» y se halla estable. El director médico del complejo hospitalario de Navarra, Álvaro Jimeno, afirmó que «de momento no peligra su vida».

En cuanto a la joven tafallesa N.R.U., recibe atención médica en el Servicio de Neurocirugía de Urgencias del Hospital de Navarra. Sufre de aplastamiento de una vértebra, también se encuentra estable y los médicos informaron de que su evolución es favorable.

El vecino de Oiartzun, por su parte, permaneció en observación hasta ayer por la tarde y fue dado de alta poco después. Recibió una cornada a nivel lumbar, tras ser alcanzado por el astado por la espalda.

Los heridos se produjeron después de que Quesero, un novillo de la ganadería de Ana Corera, de Larraga, saltara el burladero y entrara en un graderío abarrotado de gente, entre ellos muchos niños. El animal era el segundo de la tarde del concurso de rejoneadores de la ciudad, que celebra sus fiestas patronales. Logró escapar del coso cuando lo trasladaban a los corrales, debido a que no servía para la lidia y había intentado fugarse en tres ocasiones.

La alcaldesa de Tafalla, Cristina Sota, de UPN, trató de quitar hierro al asunto compareciendo ante los medios. La primera edil de la localidad estaba presente durante el concurso de recortadores y, hasta que la gente no se sentó en la arena de la plaza, no tuvo el valor de suspender el concurso Errekortari 2010. «Lo que pudo ser tragedia quedó en un buen susto», declaró Sota, quien sin embargo mostró su preocupación por el estado de salud del niño: «Es quien reviste más gravedad, porque tiene una fisura en el hígado y debe guardar reposo y permanecer unos días con vigilancia médica para que todo vaya bien».

Sota agradeció la actuación rápida de los espectadores, que fueron quienes redujeron al novillo. Poco después, los agentes de la policía Foral colaboraron en ensogar al toro por la cabeza para que pudiera ser apuntillado. La alcaldesa remarcó que el hecho de que el animal alcanzara el graderío sol, donde se concentra la gente más joven, con más agilidad y recursos para huir, facilitó un menor número de heridos graves.

Según constataron los servicios de emergencia, el miedo que cundió entre los asistentes dejó más heridos que el propio novillo, que sólo alcanzó a cornear al vecino de Oiartzun. El pavor provocó empujones, pisotones y desató un caos entre el público que fue lo realmente peligroso. Ioar Labat, un niño de 12 años, relataba cómo quedó enganchado entre las vallas cuando quería escapar del toro. Acudió a la plaza «con la cuadrilla» y uno de sus amigos acabó siendo pisoteado por el eral. Labat logró desatrapar su pierna con la ayuda de varios de los presentes, que lo llevaron en volandas hasta la arena.

«Pasa una vez entre un millón»

La Policía Foral informó que la Plaza de Toros de Tafalla «cumple íntegramente con la legalidad vigente para estos festejos, marcada en el reglamento taurino», por lo que avaló que se continuara con los espectáctulos taurinos de ayer y hoy, cuando finalizan las fiestas de la localidad. En principio, el Ayuntamiento no prevé reforzar las medidas de seguridad de la plaza de toros. En palabras de la alcaldesa de Tafalla, el incidente fue un mero fruto de la casualidad, algo que «sucede una vez entre un millón y nos ha tocado a nosotros».