Se le acusa simplemente de ser una persona relevante del PKK (Partido de los Trabajadores de Kurdistán) en Europa. En realidad, Togouc es presidente de KonKurd, la confederación de las asociaciones kurdas en Europa. Y también es ciudadano holandés. Amsterdam le concedió el asilo político en 1994.

Elegido como miembro del Parlamento turco en 1990 (junto a Leyla Zana, entre otros), se refugió en Europa después de haber escapado, milagrosamente, a dos atentados en su contra. Ha sido uno de los fundadores del Parlamento kurdo en exilio. Ahora, la Corte de Apelación ha decidido que Togouc debe quedarse en Italia, porque todavía hay una petición de extradición contra él. «Vinimos para unas cortas vacaciones en Italia -bromea junto a su hija- y esto ha acabado así, no exactamente como lo habíamos planificado».

Togouc subraya que su detención tiene claramente un carácter político. «No es un misterio que Turquía e Italia son buenos amigos -dice-. Me parece que el primer ministro Silvio Berlusconi quería hacer un favor a su colega turco, Recep Tayyip Erdogan. Y mi nombre -añade- es- taba en la lista de Interpol. Turquía me requiere desde que salí del país, en los años 90. Dicen que soy un terrorista. Está claro que hay gobiernos y países dispuestos a ayudar a Turquía».

Aparentemente, y hay que entenderlo, Togouc no es muy optimista sobre la posibilidad de que Turquía pueda sentarse y hablar seriamente de paz. El 13 de agosto, el PKK anunció una nueva tregua unilateral hasta el 20 de septiembre. «El pueblo kurdo quiere la paz -dice-. Y el pueblo kurdo hará todo lo que está en su mano para llegar a una paz justa y duradera. Sin embargo, y por desgracia, no estoy demasiado convencido de que Turquía esté preparada para hablar de eso. Cada vez que nosotros lo hacemos, parece volverse mas violenta. Hasta ahora ha respondido a las ofertas de paz y alto al fuego con la guerra. Continúan las detenciones de políticos y militantes. Turquía no escucha».

Europa, por otra parte, no brilla por su compromiso activo en la promoción de la paz. Togouc afirma que debería usar toda su influencia para presionar a Turquía hacia un mayor respeto de los derechos humanos. «El pueblo kurdo quiere que Turquía entre en la UE, porque la cuestion kurda entrará en la agenda europea», dice .

Cuando él y otros parlamentarios kurdos fueron elegidos en el Parlamento turco en los años 90, la situacion era terrible. ¿Y ahora? ¿Qué ha cambiado? Togouc responde con una frase corta que resume perfectamente veinte años de política turca: «Antes, en los años 90, la existencia misma de los kurdos no era reconocida. Turquía afirmaba que no existíamos. Hoy admite que sí, que en realidad los kurdos existen, pero que no pueden tener ningún derecho».

Aporta un ejemplo de esta nueva política. «Turquía ha abierto TRT6, un canal de televisión estatal en lengua kurda, y pensaba que eso sería suficiente, como cuando se dan caramelos a los niños para que dejen de llorar. Pero una televisión en kurdo no basta para hacer callar años de resistencia y de lucha por la libertad y los derechos. No es posible».

Al margen de eso, Togouc dice que «no hay gran diferencia entre entonces y ahora. Siguen haciendo lo que siempre han hecho, no quieren escuchar. El gran problema con Turquía es que no escucha. Sigue cerrando nuestros partidos y organizaciones, deteniendo a politicos y activistas».

El próximo 12 de setiembre se ha convocado un referéndum sobre enmiendas a la Constitución, de las que dicen que «no ofrecen nada a los kurdos. Este referéndum es sólo una ventaja para Erdogan, que espera ganar votos y popularidad con esta operación de maquillaje. Pero los kurdos y sus derechos ni siquiera son mencionados».

El gran obstáculo, subraya el ex parlamentario retenido en Italia, se sitúa en la cota actual del 10%. «Es un limite que hace casi imposible que los partidos puedan entrar en el parlamento -dice Togouc-. En otras palabras, impide a la gente elegir sus representantes al Parlamento turco».