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Manila admite errores en la gestión del secuestro que acabó con nueve muertos
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GARA |
El presidente de Filipinas, Benigno Aquino, y la Policía admitieron ayer errores «evidentes» en la gestión del secuestro de un autobús en Manila que terminó con la muerte de ocho turistas de Hong Kong y del propio secuestrador, un ex policía. Sin embargo, Aquino defendió la actuación de la Policía en base a la información de que ésta disponía, al tiempo que rechazó las críticas que su país ha recibido por parte de medios chinos, mientras y políticos hongkoneses se manifestaban frente a las puertas del consulado filipino.
La Policía admitió que se produjeron deficiencias en la manera de gestionar la situación y que el equipo de rescate estaba mal armado y entrenado, y anunció una investigación. Explicó que el asalto se decidió después de que el chófer del autobús huyera y relatara que el secuestrador había empezado a matar a los rehenes, lo que resultó ser falso.
Una superviviente afirmó que el secuestrador «sólo disparó al fracasar las negociaciones».