París recibe a dos ministros rumanos mientras sigue expulsando gitanos
Ministros franceses y rumanos se reunieron en París para analizar las polémicas deportaciones de romaníes a sus países de origen, un encuentro en el que, según la parte gala, no hubo reproches a París y se acordó una «mejor» cooperación. Bulgaria recibió ayer al primer grupo de gitanos.
GARA |
El Estado francés y Rumanía acordaron ayer cooperar «mejor» en la reinserción de los gitanos, en un encuentro mantenido por los ministros franceses de Interior, Brice Hortefeux, y de Inmigración, Eric Besson, y el secretario de Estado de Asuntos Europeos, Pierre Lellouche, y los secretarios de Estado rumanos encargados de la Integración de los Romaníes, Valentin Mocanu, y de la Seguridad Pública, Valentin Fatuloiu.
«No ha habido reproches por parte de los rumanos» a la política de expulsiones de romaníes desde el Estado francés a sus países de origen, afirmó Besson al término de la reunión. «Hemos hablado de cooperación policial y de aspectos sociales» de la «reintegración de los ciudadanos rumanos deportados», agregó Besson, que confió en una mayor «implicación de Bucarest.
Valentin Fatuloiu aseguró que «no se puede hablar de tensiones» entre los dos países a raíz de lo que está ocurriendo con los gitanos. Las relaciones franco-rumanas son «excelentes» desde hace siglos, añadió, antes de precisar que algunas de las deportaciones son «voluntarias».
Fatuloiu y Mocanu explicarán hoy en rueda de prensa las conclusiones de su visita a París, en la que han podido constatar que las autoridades galas seguirán con el desmantelamiento de campamentos ilegales y las expulsiones, tal y como aseguró Hortefeux antes de la reunión.
Hoy mismo está prevista la deportación de unos doscientos gitanos a Rumanía, mientras que ayer se esperaba la llegada a Sofía del primer grupo de romaníes búlgaros deportados.
Presión a Bucarest
La reunión bilateral se produjo un día después de que el Consejo de Europa se sumase a las críticas contra una política que «estigmatiza» a la comunidad romaní y el mismo día en que el primer ministro francés, Fran- çois Fillon, envió una carta a la Comisión Europea pidiéndole que adopte medidas para garantizar que los 4.000 millones de euros en fondos europeos que recibe anualmente Rumanía se utilicen para asentar a los gitanos. Lellouche dijo que eso es algo a lo que París no puede obligar a Bucarest, pero Bruselas sí, y sugirió que si Rumanía no hace de esta cuestión «una prioridad nacional», el Estado francés podría bloquear la entrada su entrada en el espacio Schengen.
Mientras se esperaba la llegada de los representantes del Gobierno rumano los miembros del Ejecutivo francés recibieron instrucciones muy claras y directas del presidente Nicolas Sarkozy durante la reunión del Consejo de Ministros, para que sigan aplicando la política actual sin hacer ni caso a «quienes buscan la polémica sistemática».
Sarkozy, que dijo que la emigración masiva de Rumanía se ha convertido en un problema europeo, instó a sus ministros a que no se impliquen en «una confrontación estéril» y les pidió que «redoblen el diálogo» pero también el valor ante las criticas, «excesivas e infundadas».
8.030 rumanos y búlgaros «en situación irregular» han sido devueltos por las autoridades francesas a sus países de origen, «la mayoría de forma voluntaria», entre el 1 de enero y el 25 de agosto de este año, indicó a AFP el ministro francés de Inmigración, Eric Besson.
Crecimiento frágil, continuos escándalos y encuestas desastrosas: Nicolas Sarkozy, que ayer presidió el primer Consejo de Ministros tras el verano, apenas tiene margen de maniobra para afrontar un nuevo curso político que se anuncia caliente, con una impopular reforma de las pensiones y una delicada remodelación.
Según una encuesta de TNS-Sofres, Sarkozy estaría abocado a una segunda vuelta electoral en las presidenciales de 2012 si los dos posibles candidatos del PS, el actual presidente del FMI, Dominique Strauss-Kahn (59% frente a 41%); y la líder del partido, Martine Aubry (53% frente a 41%), mantienen su ventaja. Otro sondeo de Ipsos recoge que un 62% de los encuestados espera que Sarkozy no se presente a la reelección.
Algunos analistas creen que se cuestiona la candidatura de Sarkozy, limitado por la «exasperación» que provoca «su estilo gesticulante», mientras otros afirman que él es «depositario» de la «crisis moral» que atraviesa el Estado francés pese a «resistir mal que bien la crisis económica».
La opinión pública no niega problemas de seguridad o la necesidad de reformar las pensiones, pero se desmarca de un Gobierno al que ve como defensor de «una política injusta que favorecer a los ricos», dice Frédéric Dabi, del centro de sondeos Ifop. Sofia BOUDERBALA (AFP)
Bruselas, que ha expresado «cierta inquietud», por la deportación de gitanos, presentará la próxima semana un informe sobre la situación, tras varios días recordando a París su obligación de «respetar» las normas europeas que protegen a los ciudadanos comunitarios.
