Entre las muchas frases y consejos que han solido ir pasando de generación en generación, hay una que dice que para ser rico el único secreto es hacer mucho y no gastar. Reciclando el concepto al frontón, diríamos que el único secreto para ganar un partido es hacer muchos tantos y perder poca pelota. Una máxima que parece muy simple, pero que es muy difícil de conseguir, tal y como pudimos comprobar el martes por la noche en el Atano III.

Es llamativo que, a pesar de la derrota, Pablito Berasaluze se anotara dos tantos más que Xala en los cuadros alegres, mientras que, en la zaga, Aritz Begino pegó mucho más que Apraiz, logrando cuatro tantos gracias a sus espléndidos pelotazos. Por lo tanto, es obvio que la clave del encuentro estuvo en la gran cantidad de errores que cometió la dupla de Asegarce.

Los colorados cometieron la friolera de once errores, siete Berasaluze VIII y cuatro Begino, a los que habría que sumar algunos restos relativamente cómodos que acabaron fuera de los límites de la cancha. Que el zaguero de Auza andaba falto de confianza era de sobra conocido, y el martes volvió a intercalar acciones espectaculares -a destacar los derechazos en el 5-6 y en el 11-14-, con errores de bulto con pelota a placer.

Pero lo que no entraba en los planes era que Pablito anduviera tan errático en el remate. Hay que agradecer al de Berriz su eterna apuesta por el jogo bonito, que en Donostia se tradujo en tres dejadas antológicas en el txoko, pero queda claro que cuando haces ocho y «gastas» siete el negocio no acaba de carburar como debiera.

Un Xala revitalizado

Al que las cuentas le salieron perfectamente fue a un Xala que reapareció totalmente revitalizado tras un merecido descanso de siete días. El de Lekuine fue el mejor del cuarteto con diferencia, moviendo la pelota con soltura y terminando los tantos con acierto. Sus seis remates finalizados, los cuatro saques que metió y las únicas dos pérdidas cometidas contrastan con los números de sus rivales, anteriormente citados.

Además, Xala estuvo correctamente apoyado por Alexis Apraiz en la zaga. El chino de Gernika sigue sin recuperar todo el juego que lució tras el Campeonato de Parejas, pero a falta de mayor brillo, hizo lo mínimo que se le pide a un zaguero en un torneo de primer nivel: sufrir y no perder con facilidad. A pesar de sus problemas físicos -acabó el partido con la derecha muy dolorida-, Apraiz cumplió esas premisas y el premio será la oportunidad de jugar su primera final al máximo nivel.