Una pequeña tribu india consigue hacer frente a una multinacional y salvar sus tierras
La tribu dondria kondh, al este de India, ha conseguido hacer frente a una gigantesca multinacional minera británica y defender su tierra ancestral y sagrada, que se ha salvado de pasar a manos e intereses ajenos para los que, siempre, todo vale.
Iraide OLALDE
Vedanta Resources es el nombre de la poderosa empresa británica minera con sede en Gran Bretaña y controlada por el multimillonario indio Anil Agarwal. Una c0mpañía valorada en 8.000 millones de dólares que no ha podido hacer frente a las 8.000 personas, casi todas ellas analfabetas, perteneciente a la tribu dondria kondh, en el estado de Orissa, al este de India, que llevan años luchando por defender su tierra. Un área sagrada que a punto ha estado de perderse para siempre bajo las sombras del poder.
La historia se remonta al año 2005, cuando el grupo Vedanta anunció un proyecto de explotación de una mina de bauxita -mineral de aluminio-, a cielo abierto en las colinas de Niyamgiri, en el estado de Orissa. Un lugar venerado y protegido por la tribu dondria kondh, quienes consideran la zona un lugar sagrado por albergar a su dios Niyam Raja, el encargado de velar por las cosechas de los habitantes.
La extracción era una de las propuestas, valorada en 1.700 millones de dólares, de la Corporación Minera de Orissa, una empresa conjunta que incluía al Gobierno regional, pero controlada, sin embargo, por Vedanta a través de una filial india.
En noviembre de 2007 el controvertido proyecto fue rechazado por la Corte Suprema, alegando que la explotación podría afectar al «desarrollo sostenible». Un año más tarde, Vedanta consiguió la aprobación preliminar del proyecto por parte del Tribunal Supremo Indio.
Tras años de lucha en los que organizaciones no gubernamentales internacionales y los propios miembros de la tribu han viajado contracorriente para defender los bosques sagrados, finalmente, el pasado 24 de agosto, tras recibir los informes negativos de dos comités, uno de expertos y otro del Ministerio de Medio Ambiente, el Gobierno de India rechazó el polémico proyecto de Vedanta, finalmente «inoperable», por considerarlo una auténtica amenaza para la supervivencia del pueblo indígena.
Asimismo, y según afirmó ese mismo día el titular indio de Medio Ambiente, Jairam Ramesh, la mina a cielo abierto tendría graves consecuencias ecológicas. Según explicó, la explotación causaría un enorme impacto en el medio ambiente del lugar, pudiendo llegar a alterar drásticamente el ecosistema y el abastecimiento de agua en la región.
«Ha habido una violación muy seria de la Ley de Protección Ambiental, la Ley de Conservación de bosques y la Ley de Derechos Forestales», constató.
Apoyo internacional
El proyecto tuvo desde un primer momento la oposición de los indígenas, quienes temían por el futuro del bosque, su único sustento. Por su lado, ONG internacionales, quienes preveían la destrucción definitiva de las identidades de las tribus, también ofrecieron su apoyo a la causa.
La organización Survival International, encargada de apoyar y defender los derechos de los pueblos indígenas de todo el mundo, mostró desde un primer momento su desacuerdo hacia el proyecto minero, e incluso llegó a llevar a cabo una intensa campaña mediática durante la aventura cinematográfica de «Avatar», película del director James Cameron, comparando el destino de la tribu protagonista del film, los navi, amenazada por poderosos industriales, con la de la tribu dondria kondh.
Como muchas otras organizaciones, Survival denunció el proyecto, acusando a Vedanta por su intención de destruir bosques, alterar ríos y provocar la desaparición de la propia tribu.
Por su parte, el gigantesto grupo minero se ha defendido siempre de cualquier acusación, sosteniendo que el proyecto apenas tendría impacto en los bosques sagrados. Asimismo, prometió volver a plantar los árboles talados una vez la bauxita fuese extraída. La compañía también insistió en que la refinería sería un gran apoyo para la región en la lucha contra la pobreza, y se comprometió a crear puestos de trabajo en la explotación, así como a ofrecer asistencia médica y desarrollo educativo a los miembros de la tribu.
No obstante, esta vez, la verdad ha ganado. El riesgo de la explotación y sus consecuencias tanto medioambientales como humanas eran demasiadas para pasarlas por alto. Los dondria han conseguido salvar las laderas de las colinas en las que plantan sus cosechas y recolectan las frutas y hojas que más tarde venderán para seguir adelante. La colina Niyan Dongar seguirá siendo, al menos de momento, el hogar de las 8.000 personas que, como ellas mismas afirman, «somos gente de montañas. Si nos vamos a cualquier otro lugar, moriremos».
La ONG Survival International celebró el pasado 24 de agosto la «sensacional victoria» de la tribu dondria kondh, después de que el Gobierno indio rechazara el proyecto minero de la compañía Vedanta Resources.
«Es la victoria de David contra Goliat», afirmó la organización tras meses de campaña contra la mina.
«Es una victoria que nadie pensó que fuera posible. La campaña da los dondria era la prueba de fuego para saber si una tribu pequeña y marginada podía hacer frente a una gigantesca multinacional con un ejército de grupos de presión», afirmaron. GARA