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Cuando la (R)evolución de la moda urbana cabe en una zapatilla de lona

Marquis Converse fundó la compañía en 1908, y hoy las zapatillas que nacieron para jugar al baloncesto son todo un símbolo de la moda urbana. Los fanáticos de la marca tienen una cita en el Hotel Río Bidasoa de Hondarribia, donde «Converse exhibition 2010» muestra casi un centenar de modelos. Quien acuda con su propio par, además de recibir un regalo, podrá participar en un concurso.

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Oihane LARRETXEA

Rosas, verdes, estampadas, con lentejuelas, altas o bajas. Es difícil resistirse a un par de zapatillas Converse, porque las hay para todos los gustos. Entrar en la sala del Hotel Río Bidasoa, que alberga el centenar de diferentes pares, es hacer un viaje por evolución y, por qué no, también la revolución que ha supuesto este calzado para varias generaciones. Abierta hasta el próximo 1 se setiembre , el motivo de que se celebre en este lugar la muestra «Converse Exhibition 2010» fue en realidad algo «espontáneo, casual», según explica la directora del hotel, Mónica Sunsundegui. «Resulta que los distribuidores de Converse en España son clientes habituales del hotel cuando se encuentran aquí por motivos de trabajo. Les sugerí entonces que podríamos hacer alguna colaboración conjunta, y fue así como surgió la exposición».

En un primer vistazo, se reconoce en seguida la blanca puntera de goma que adorna el extremo de cada uno de los ejemplares, pero una vez el visitante se acerca, comprueba que no hay dos iguales. Según explica Rubén Salazar, del departamento de marketing de Converse en el Estado español, los modelos están clasificados en nueve familias, aunque también existen «subfamilias». La clásica, denominada oficialmente como «All Star Chuck Taylor», se fabrica en todos los colores y estampados imaginables: «La All Star hace 102 años que se creó y, aunque en sus inicios naciera como una zapatilla para baloncesto, ha evolucionado en cuanto a diseño». Sin embargo, tal y como apunta Salazar, tanto la forma como el material siguen «intactos», ya que sigue utilizándose la misma lona y la misma plantilla de goma. Adaptándose incesantemente a los dictámenes de la moda -cada seis meses salen modelos nuevos-, consiguen estar en la cresta de las últimas tendencias.

Destacan, a su vez, la cantidad de modelos que se han creado como fruto de las colaboraciones con bandas musicales como Los Ramones, Pink Floyd o AC/DC; o diversos diseñadores noveles. Dentro de este grupo sobresalen, y nunca mejor dicho, las Converse con plataforma que el bilbaíno Carlos Díez Díez ideó para la Madrid Fashion Week -Pasarela Cibeles- la pasada edición. Sólo existen cuatro pares, y unos de ellos se puede ver estos días en Hondarribia. «Trabajamos con gente que está emergiendo -detalla Salazar-. Así, el día que, por ejemplo, Carlos Diez se haga muy famoso, dejaremos la colaboración. Es una manera de lanzarle a él, pero al mismo tiempo de que él nos lance a nosotros, porque la gente joven siempre tienen ideas muy trasgresoras, frescas, atrevidas, renovadas. Lo que buscamos es innovar y sorprender con cada modelo». «Claro que -matiza- las de Díez no están a la venta».

La gama más exquisita se está gestando en estos momentos y está previsto que se lance en la colección que viene. «Sak es un japonés que trabaja en Milán haciendo calzado a mano. Realizará doscientos pares artesanalmente para Converse y estarán a la venta, a cambio de unos 700 u 800 euros, en París, Milán y los almacenes londinenses Harrod's».

«Debido a que Converse se ha convertido en una marca de culto muy urbana -opina Sunsundegui-, pensamos hacer algo paralelo a la muestra, que invitara a la participación» y así surgió la sección de los grafitti. Durante el horario de la exhibición -de 16.30 a 21.00 h.-, se instalará un panel blanco, donde los visitantes podrán dibujar lo que a cada uno le sugiera la marca. Además, bajo el lema «Converse Fast Graffiti», cada día acudirá un grafittero que realizará su propio dibujo, para el que contarán con sólo tres colores y tres minutos. Una vez hayan pasado las fiestas de la localidad, «probablemente durante el mes de octubre», se realizará «dependiendo del tiempo» algún cóctel para mostrar todos las creaciones de los artistas callejeros.

La muestra también alberga la iniciativa «Me and my Converse». Los visitantes que acudan ataviados con su propio par, además de recibir un regalo, si lo desean podrán fotografiarse con sus zapatillas. Con estas imágenes se compondrá una exposición que se mostrará junto a los grafittis mencionados. La guinda del pastel será la música de esa próxima cita Converse, que correrá a cargo de los visitantes: «En la sala hemos instalado un ordenador, donde la gente, a través de Spotify -un programa que permite escuchar música on line-, podrá elegir una canción; bien la que más le guste, o bien la que la marca le sugiera», explicó Sunsundegui.

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