Ni las reivindicaciones, ni los pilotos, ni siquiera los coches fueron los protagonistas en la clasificación del GP de Bélgica realizada ayer en el circuito de Spa. Un factor mucho más importante y decisivo en esto de la Fórmula Uno, como es la lluvia, apareció en uno de los circuitos preferidos de los pilotos por sus curvas rápidas.

En esa loca jornada, el mayor beneficiado fueel australiano Marc Webber (Red Bull), que logró su quinta pole position del año con un tiempo de 1:45.778, por delante del británico Lewis Hamilton (McLaren).

La sesión de clasificación se complicó desde el comienzo, cuando el ruso Vitaly Petrov (Renault) perdía el control del coche en la bajada de Rivage al pisar los bordillos y obligaba a detener la misma durante siete minutos, los suficientes como para que en esa zona comenzara a llover y complicara la situación al japonés Kamui Kobayashi como a Pedro Martínez de la Rosa, que terminaron fuera de la pista.

Si la segunda sesión se disputaba toda sobre seco, la tercera y definitiva comenzaba en seco y terminaría con lluvia en la parte de la recta de meta, algo que perjudicó a varios pilotos.

Así, desde la segunda fila de parrila saldrán Kubika y Vettel; en la tercera estarán Button y Massa; en la cuarta, Barrichello y Sutil; y en la quinta Hulkemberg y Alonso.

Los alemanes Rosberg y Glock fueron sancionados con la pérdida de cinco puestos por haber sustituido la caja de cambios y por haber molestado a otro participante en la sesión de clasificación, respectivamente.

El suizo Sebastian Buemi saldrá tres puestos más atrás por haber molestado a Rosberg, y Michael Schumacher lo hará diez puestos más atrás por haber cerrado contra el muro a Rubens Barrichello en el Gran Premio de Hungría.