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Fignon perdió la carrera más difícil de su vida en la lucha contra el cáncer

Con más de ochenta victorias a sus espaldas, entre ellas dos Tours conseguidos con tan sólo 24 años, el ciclista francés Laurent Fignon falleció ayer en París, a los cincuenta años de edad, a causa de un cáncer intestinal contra el que luchaba desde hacía más de un año.

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Nerea CABRERA

Nacido en París en 1960, Laurent Fignon fue, y será recordado, como uno de los grandes del ciclismo profesional. Con tan sólo 22 años, y con más de cincuenta victorias como amateur, el parisino se lanzó a la máxima competición en 1982, y al año siguiente de su debut ganó su primer Tour, lo que le convirtió en el ciclista más joven en conseguir el tan ansiado maillot amarillo.

Tras conquistar dos Tours consecutivos en los años 83 y 84, Fignon se vio ensombrecido por una mala suerte que le perseguiría durante años en esa competición y que nunca más le permitió subirse a lo más alto en los Campos Elíseos. En los años siguientes no pudo repetir su título a causa de lesiones, enfermedades, caídas y también por sanciones, como en 1987 cuando dio positivo en anfetaminas. Dos años después de este castigo, en 1989, el parisino estuvo cerca de ganar la Grand Boucle, pero se quedó con la miel en los labios al terminar a tan sólo 8 segundos del estadounidense Greg Lemond, la diferencia más pequeña que ha separado al campeón del segundo clasificado. Unos meses antes había ganado un Giro en el que Marino Lejarreta terminó décimo.

Todos los contratiempos vividos durante su carrera deportiva truncaron su continuidad y le alejaron de la posibilidad de entrar en el Olimpo de los mitos del ciclismo junto a corredores como su compatriota Bernard Hinaut. Después de 11 años como profesional, Fignon decidió dejar la bicicleta a un lado en 1993, con más de ochenta victorias en su palmares y con la sensación de que podría haber logrado algún triunfo más.

El propio deportista lo confesaba hace ya algún tiempo en una entrevista acerca de su trayectoria: «Tuve la suerte de encontrar aquello para lo que estaba dotado y poder vivir de ello, aunque nunca estaré satisfecho. Habría querido ser campeón del mundo, ganar más Tours, más clásicas, pero viví años fantásticos».

Tras su retirada, colaboró en la organización de carreras como la París-Niza y desde 2006 trabajaba en la televisión pública francesa como comentarista del Tour. Tal y como expresó ayer el presidente Nicolas Sarkozy, «dio al mundo entero una lección magistral de dignidad, coraje y humanidad en el último año de su vida», cuando a pesar del estado avanzado de su enfermedad continuó con las retransmisiones.

En el año 2009, el ciclista francés dio a conocer su libro «Nous étions jeunes et insouciants» («Éramos jóvenes e inconscientes»). La publicación estuvo envuelta en la polémica por las confesiones realizadas, puesto que en él reconoció haber consumido anfetaminas y cortisona durante su carrera. Fue entonces cuando Fignon anunció al mundo que sufría un cáncer intestinal contra el que estaba luchando.

La gran leyenda del ciclismo francés

Muchos ciclistas y ex ciclistas glosaron ayer la figura de este campeón que para muchos entra en el capítulo de leyenda. Para Richard Virenque, Fignon fue «una personalidad en el mundo del ciclismo. Marcó la historia del ciclismo gracias al carisma que tenía».

Por su parte el cinco veces ganador del Tour Eddy Merckx lamentó el fallecimiento de un deportista «completo y muy inteligente». Otra leyenda del ciclismo, su compatriota Bernard Hinault, afirmó sentirse «afectado» por la muerte de su antiguo compañero de equipo y rival. El ex director de la ronda gala, Jean Marie Leblanc, aseguró que con la muerte de Fignon, se va «un héroe del ciclismo». También comentó que lo que más le sorprendió del corredor fue «su primera victoria en 1983, una victoria juvenil, de la improvisación, del talento, de la audacia».

El vencedor del Tour de 1988, Pedro Del-gado, señaló que el francés «era un gran corredor rebelde, orgulloso, incorformista». Aseguró que durante sus últimas retransmisiones para la televisión -el segoviano trabaja para TVE- él lo había encontrado con un aspecto fenomenal. «Guardo de él una visión positiva. Dudó si era mejor quedarse en casa o ir al Tour. Finalmente fue, y tal vez eso le sirvió para tener la cabeza despejada».

Laurent Fignon encontró su final demasiado joven, con tan sólo 50 años, del mismo modo en que llegaron sus primeras victorias en el ciclismo. A pesar de ser un hombre polémico por sus confesiones y por algunos gestos -como cuando escupió a una cámara de televisión-, será recordado por sus triunfos sobre las dos ruedas recorriendo los Campos Elíseos, donde tantos buenos momentos deportivos y personales vivió.

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