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Iñaki Soto Licenciado en Filosofía

Un fenómeno fascinante

Hace unos años, en un congreso sobre nacionalismo en Londres, conocí a una joven académica lituana que estaba escribiendo una tesis sobre el nacionalismo español. Para mi sorpresa me comentó que había pasado dos años en Bilbo, en concreto en la Universidad de Deusto, y que fue entonces cuando decidió el tema de su tesis. Le pregunté cómo así había elegido ese tema estando precisamente en Euskal Herria. Asta, así se llama, me dijo que en realidad había venido con la idea de investigar el nacionalismo vasco, pero que cuando llegó aquí se dio cuenta de que el nuestro es similar a otros fenómenos nacionalistas: una vez fuimos un reino y muchos vascos consideran aquélla una época dorada, la nuestra es la lengua más antigua del mundo, hay una relación paradójica entre religión y política, se supone que una vez en nuestras tierras imperó el matriarcado, a pesar de sufrir invasiones y colonizaciones nadie pudo jamás dominarnos por completo... Todos esos elementos están presentes, de una u otra manera, en los nacionalismos de Estonia, Letonia y Lituania.

En cambio, según me explicó, el nacionalismo español le pareció realmente único, un campo de análisis fecundo y mal analizado. José María Aznar era entonces presidente del Gobierno y había una escalada política e ideológica del nacional-catolicismo. Es el momento en el que el PP intenta importar el modelo de lobbys de ultraderecha norteamericanos, destacando la potenciación de las asociaciones de víctimas de ETA como agentes políticos, la criminalización del nacionalismo vasco y la xenofobia respecto a los catalanes. Asta fue a la primera persona a la que oí hablar de George Lakoff para analizar este caso.

No obstante, en mi opinión el español no es un caso tan único. Guarda ciertas similitudes -así como grandes diferencias- con los casos turco y ruso. Juntos conforman un triángulo en el que, como en el de las Bermudas, los derechos se pierden y la democracia vuela tan bajo que los radares no la alcanzan.

Lo verdaderamente fascinante es el nacionalismo como fenómeno político. Por eso es importante que, por fin, se estudie en nuestras universidades (www.euskalnazionalismoa.ehu.es).

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