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La cruz del presidente Barack Obama, su «presunta» fe cristiana

Susana IRLES (EFE) |

La ultraderecha de EEUU, animada tras su demostración de fuerza en un mitin en Washington, ha reavivado las dudas sobre la fe cristiana del presidente Obama como el arma infalible contra los demócratas a meses de unas reñidas elecciones.

Desde que llegó a la Casa Blanca, los críticos más acérrimos de Obama han dirigido al jefe de Gobierno duros calificativos, como «socialista», una palabra maldita en el vocabulario estadounidense, o «no estadounidense», según una teoría que duda de la validez de su certificado de nacimiento.

Y hasta «racista», en palabras de Glenn Beck, el presentador que reunió el sábado pasado, junto a la ex candidata republicana a la vicepresidencia, Sarah Palin, a miles de seguidores del Tea Party.

Pero el epíteto «musulmán» es el que más ha confundido a los estadounidenses y que ha maltrecho las credenciales religiosas de Obama en un país donde más del 78% de su población se declara cristiana.

Musulmán para un 18%

Según una reciente encuesta del centro de investigación Pew, un 43% no sabe qué religión profesa Obama y un 18% piensa que es musulmán. El segundo porcentaje es incluso mayor al 12% de 2008 cuando, en plena campaña electoral, empezaron las teorías de la derecha que advertían de que bajo su apariencia cristiana se escondía, en realidad, una fe musulmana.

Tras la concentración, Beck puso de nuevo el dedo en la llaga frente a las cámaras de la cadena conservadora Fox. «La gente no reconoce su versión de la cristiandad», manifestó la figura mediática que apela a Dios en sus discursos y que convoca rezos matutinos diarios a sus oyentes en las ondas.

Teología de la Liberación

Beck volvió a cuestionar el pensamiento religioso del presidente que, en su opinión, se basa en una «teología de la liberación (...) Es todo sobre víctimas y victimización. Opresores y oprimidos. Reparaciones, no arrepentimiento. Colectivismo, no salvación individual. No sé qué es, algo que no es musulmán ni cristiano», concedió.

Para Obama, que ha reiterado su afiliación cristiana a lo largo de su carrera y ha profundizado en ella en sus libros, defenderse de estas acusaciones es una pérdida de tiempo. De momento.

La polémica vuelve semanas después de que Obama defendiera el derecho de los musulmanes a practicar su fe en EEUU en pleno debate sobre el proyecto de una mezquita a dos manzanas de la Zona Cero.

Ya entonces, la Casa Blanca tuvo que reiterar que Obama es un «devoto cristiano» que reza «todos los días».

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