El debate en torno a la aparente pérdida de identidad de Osasuna, con los jugadores de la casa en minoría dentro de la primera plantilla, sube otro grado con la confirmación de la marcha de Jon Etxaide al Huesca, donde permanecerá cedido hasta final de temporada.

El lateral emprende así el mismo camino que hace un año, cuando también fue cedido al cuadro aragonés. Apenas permaneció allí cuatro meses: la lesión de Oier Sanjurjo forzó su regreso en diciembre, momento en el que el club, además, prolongó su contrato hasta 2013. Una confianza que no tuvo reflejo sobre el césped, donde su presencia fue escasa. El Huesca, que suspiraba por recuperarle, vuelve a ofrecerle la posibilidad de progresar. Acompañado de buenos amigos, porque este verano ya han recorrido ese mismo trayecto Andrés Fernández, Óscar Vega, Jorge Galán y Jokin Esparza. Casi tantos jugadores formados en Tajonar como la propia plantilla rojilla.

Desde el club trataban ayer de restar importancia al trasvase. «Ellos han hecho una apuesta fuerte por nuestros jugadores y yo creo que a ellos les va a venir bien la experiencia de la Segunda División, que es una categoría dura y complicada -aseguró Ángel Martín González-. Tenemos ilusión de que tengan el mayor número de minutos posible, para que el año que viene puedan volver y estén más hechos». «El que tengas cinco jugadores cedidos en el Huesca -añadió-, quiere decir que seguimos apostando por ellos. Si no, no habríamos optado porque siguiesen vinculados, por seguir pagando parte de su salario... Creemos que tienen cosas que aportar al primer equipo y creo que se está sacando todo un poco de madre porque toda la vida ha habido cesiones. Yo creo que es bueno para ellos, es mejor jugar 25-30 partidos en Segunda, que dos o tres aquí y perder la ilusión».

El problema son las consecuencias, al menos inmediatas, del alto volumen de cesiones: la destajonarización del primer equipo y su elevada edad media. Un hecho puntual lo primero, según los responsables rojillos, y un asunto a solucionar poco a poco lo segundo. «Hay momentos puntuales en que se puede contar con más gente de la casa y momentos en que hay jugadores menos hechos», explicó Martín González. «Creo que en 2004, con Javier Aguirre -añadió Pachi Izco-, estaban ocho y uno no contaba, o sea que siete. Tampoco hay tanta diferencia. Ojalá en vez de seis pudiéramos tener 14, pero hemos entendido que esto es lo mejor que podíamos hacer y lo hemos hecho».

En lo que respecta a la elevada edad media de la plantilla, el secretario técnico rojillo admitió que «tenemos un equipo veterano y está claro que tenemos que ir rebajando poco a poco la edad», pero descartó un relevo inmediato, ante el rendimiento satisfactorio que están ofreciendo los actuales integrantes del equipo y teniendo en cuenta que muchos de ellos tenían contrato en vigor. «Se va a hacer con tranquilidad y año a año, no creo que haya que tomar una decisión drástica -subrayó-. El equipo hizo una temporada más que ceptable el año pasado, así que no creo que sea cuestión de tomar decisiones drásticas en cuanto a rebajar edades, dando por finalizados contratos en vigor». «La idea del club es ir rebajando la edad poco a poco -insistió-, porque sabemos que es un equipo que, en líneas generales, es mayor. Pero mientras sigan rindiendo al nivel que lo han hecho, seguiremos contando con ellos».