Arkaitz Larrañaga Ugalde, Noelia Carrera Esteban y otras 10 firmas Amigos y vecinos de Zikuñaga
¿Dónde está escondida la imagen de la Virgen de Zikuñaga?
Ésta es la pregunta que nos estamos haciendo muchísimos hernaniarras, desde que la noche del 12 al 13 de abril de 1979, festividad de Jueves Santo, la imagen que el año 1954 fue proclamada canónicamente patrona de Hernani por el Papa Pío XII desapareció de la hornacina en la que durante tanto tiempo estuvo entronizada. Decimos que desapareció porque hasta el más tonto del pueblo sabe que lo que quisieron vender como un robo fue un montaje en toda regla.
Nos explicamos. Corría el año 1973 y los fieles de la Virgen de Zikuñaga seguían acudiendo a la ermita por el camino que atravesaba la campa aneja a la Papelera del mismo nombre, cuando cierto día los dirigentes de la misma la hicieron desaparecer, sin consultar previamente con el Ayuntamiento de Hernani que, enfadado por esta circunstancia incoó un expediente contra la Papelera en la Audiencia Territorial de Iruñea, que lo resolvió a favor en su sentencia dictada el 3 de noviembre de 1973.
El 4 de julio de 1974 se escrituró el contrato de compraventa de los terrenos anejos a la ermita, en virtud del cual el párroco de Hernani, don José Egarresta, vendió esos terrenos a la Papelera, conculcando los legítimos derechos de los fieles de la Virgen, que desde su instauración en la Baja Edad Media contribuyeron a su mantenimiento, por lo que no es de extrañar que no estuviesen inscritos en el Registro General de Propiedad.
¿Qué es lo que se pretendía con la desaparición de la imagen? Muy sencillo, que sus fieles dejaran de acudir a la ermita, que a partir de entonces tendría la misma espiritualidad que un garaje o una discoteca, por poner un ejemplo, posibilitando de esta manera el derribo de la misma y la posterior ampliación de la Papelera.
Han pasado treinta y un años desde entonces, cuando estando próximas a celebrarse las fiestas de Zikuñaga, el barrio que en su día albergaba la ermita es un clamor, pues se ha corrido la voz de que la imagen ha estado escondida durante mucho tiempo en un almacén del cercano pueblo de Astigarraga. Por lo que una vez cumplida la estratégica función a la que fue destinada, para beneficio de unos cuantos, no lo olvidemos, creemos que ya va siendo hora de que regrese a Hernani por las buenas, ya que sigue formando parte de su patrimonio tanto cultural como religioso.