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José Arregi anuncia que pasa a ser «un franciscano sin hábito»

El teólogo progresista José Arregi anuncia en una carta remitida a la orden que le ha acogido durante 47 de sus 57 años que la abandona para «seguir siendo franciscano, un simple franciscano sin hábito». La intención del hasta ahora fraile era no informar de su decisión hasta finalizar la Novena de Arantzazu, el 9 de setiembre, pero las filtraciones le han obligado.

Agustín GOIKOETXEA |

José Arregi confesó ayer a GARA que la decisión de colgar los hábitos la tomó «hacia finales de junio», con la intención de que no transcendiera hasta pasada la Novena de la Virgen de Arantzazu, del 31 de agosto al 9 de setiembre. Las previsiones del teólogo se fueron al traste al suce- derse las filtraciones en diferentes medios de comunicación, lo que le obligaron el pasado martes a salir al paso de las informaciones en las que se daba por bueno su secularización y las que hacían lo contrario.

En las últimas semanas, especialmente desde foros ultraconservadores españoles, donde se maneja con soltura el obispo de Donostia, José Ignacio Munilla, se avanzó la salida de Arregi.

Ahí la razón de la precipitada salida a los medios de comunicación, y especialmente la sentida carta en la que explica a sus compañeros de la Provincia Franciscana de Arantzazu su meditada decisión. Para empezar, Arregi pide disculpas a quienes hayan podido verse confundidos «por alguna declaración ambigua» que haya sido entendida como desmentido por quienes han vivido con él 17 años en Arantzazu y para todos aquellos con los que compartió hogar desde los 10 años de edad.

El desde ahora «franciscano sin hábito» asegura que no ha recibido presiones desde que, «a finales de mayo, el obispo exigió a mis superiores mi silenciamiento total». Entonces, aclara «me declaré en `insumisión eclesial', y esto conllevaba una situación muy incómoda y conflictiva para mi familia franciscana, y he querido evitar el conflicto interno, al mismo tiempo que no renunciaba a mi misión según mi conciencia». Ésta es la razón, subraya el teólogo por la que «me decidí, de acuerdo con mis superiores» con dejar la orden franciscana.

Respecto al obispo, José Ignacio Munilla, al que califica de su prelado «y hermano», le desea «lo mejor, y pienso que lo mejor pasa por escuchar, respetar, secundar la voz de la inmensa mayoría de su comunidad diocesana, de la que seguiré formando parte activa. La voz de la comunidad -apostilla- es la voz del Espíritu, mucho más que la voz de Madrid o de Roma».

A partir de ahora, José Arregi volcará su actividad en la Universidad de Deusto, en la que no podrá impartir clases de Teología, «pero sí de otras materias, y será -resaltó a este diario- la manera de ganarme la vida como todo el mundo».

Confesión

«Dejaré la Orden, y con ello pierdo mucho, pero quién sabe si, al final, el perder no será una ganancia también esta vez. Quiero escoger la vida con todos los riesgos, incluida la palabra», afirma en la carta que reproducimos en la página 8.

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