El sector privado estadounidense destruyó diez mil empleos en agosto, con lo que la economía de EEUU interrumpe seis meses consecutivos de creación de empleo, aunque se observa una contención en el ritmo de despidos anunciados, según diversos datos difundidos ayer.

La destrucción de puestos de trabajo durante el mes pasado no sólo acaba con una racha en la que se había logrado una creación neta de puestos de trabajo, sino que a su vez alimenta los temores de que la recuperación de la economía estadounidense se está estancando.

En realidad, la destrucción de puestos de trabajo se produjo en el sector manufacturero, donde en agosto se eliminaron 40.000 empleos, mientras que en el ámbito de los servicios se crearon los 30.000 que ayudaron a compensar en parte la cifra conjunta. «El descenso del empleo privado en agosto confirma la pausa de la recuperación que ya ponían en evidencia otros datos macroeconómicos», aseguró ayer Joel Prakken, presidente de Macroeconomics Advisers, la entidad encargada de realizar las encuestas de las que se extraen los datos, informó Efe.

Pequeñas empresas

Por tipos de empresas, las pequeñas fueron las que más empleos eliminaron durante el mes pasado, con un total de 6.000, seguidas de las medianas con 5.000, mientras que en las grandes compañías agosto se cerró con un saldo positivo de 1.000 puestos creados.

En cualquier caso, el número de empleos que se prevé que se eliminen en Estados Unidos es un 65% inferior al registrado en el mismo periodo de 2009. Por este motivo, varios analistas señalaron que, aunque los empresarios y la Administración que preside Barack Obama no están creando puestos de trabajo, tampoco están recortando sus plantillas a un ritmo tan fuerte como lo hacían hace un año, cuando aún se sufrían las consecuencias más duras de la recesión económica.

La evolución del mercado laboral estadounidense es una de las principales preocupaciones para la economía de este país, que se teme que entre en una nueva fase de recesión. Ese temor también está pesando con fuerza en la actividad bursátil, de manera que la Bolsa de Nueva York cerró el pasado martes su peor agosto de los últimos nueve años, aunque ayer cerró la sesión en positivo.