La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) ha lanzado un plan de acción global contra el tráfico de personas, con el que busca fortalecer la persecución internacional de un delito considerado una forma contemporánea de esclavitud y que cada año podría afectar, según estima, a cerca de dos millones de personas en todo el mundo.

«Para poner fin al tráfico de seres humanos en todas sus formas hay que adoptar una estrategia común, coordinada y consistente en todo el planeta», afirmó -en declaraciones recogidas por Efe- el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en el acto de presentación, que tuvo lugar el lunes.

El plan, adoptado formalmente el 30 de julio por la Asamblea General del organismo, insta a sus países miembros a implementar actuaciones concretas para prevenir el tráfico de personas, proteger a las víctimas y perseguir a los responsables.

Asimismo, pide reforzar la colaboración interestatal, así como con organizaciones de la sociedad civil y del sector privado, incluidos los medios de comunicación.

Fondo de ayuda

Entre sus principales medidas se encuentra la puesta en marcha de un fondo destinado a prestar protección y ayuda a las víctimas del tráfico humano, que en su mayor parte son mujeres y niños.

En su intervención, Ban emplazó a los miembros de la ONU, al sector privado y a las organizaciones filantrópicas a contribuir «con generosidad» a este nuevo mecanismo financiero.

«Después de ser objeto de explotación y abuso, [las víctimas] no deberían ser castigadas también», resaltó, a la vez que hizo un llamamiento para incrementar la colaboración con los países de origen de las personas objeto de tráfico, que en general carecen de recursos para financiar la lucha contra este delito.

Otro apartado destacable del plan de acción es la idea de aumentar la recopilación de datos para conseguir un análisis adecuado de la naturaleza y el alcance de la trata de personas.

También resalta que el respeto de los derechos humanos y el desarrollo son dos factores claves para combatir este delito, ya que el reconocimiento social de la mujer, la lucha contra la discriminación y la reducción de la pobreza son esenciales para poner fin al tráfico humano.

En un informe divulgado el año pasado, la ONU alertó de que la negligencia policial y la negativa de algunos gobiernos a reconocer el alcance de esta tragedia socavan la lucha para combatirlo.