La supuesta retirada de las tropas invasoras americanas de Irak se está produciendo con un gran aparato de propaganda. Vemos imágenes emotivas a la llegada de los soldados a sus lugares de residencia habitual donde son recibidos por sus allegados y a la vez se ven formaciones realmente impresionantes de soldados con sus petates, tomando sus aviones de transporte, y con esas dos secuencias superpuestas se va tejiendo una red de auxilio a la gran mentira. Se van, dicen, y lo proclama tanto el presidente Obama, como uno de sus altos cargos, y en sus argumentaciones, apenas hay una leve crítica a lo que realmente han estado haciendo esos militares armados hasta los dientes.

Contemplando ese trasiego, esa película tantas veces vista en la ficción informativa o en la ficción cinematográfica, una pregunta se encarama sobre la placidez de la brisa: ¿a dónde van? En teoría vuelven a sus cuarteles, a sus ciudades, a sus destacamentos. Pero, ¿hasta cuando? Son miles de soldados, oficiales y otros estamentos militares que han estado ocupando un lugar en el globo, en su destino temporal y ahora, una vez acabada, dicen, su misión, ¿a qué se van a dedicar? ¿Hay sitio suficiente en sus cuarteles de origen para todos ellos? Mientras estaban destacados en Irak, ¿nadie suplía sus puestos?

Por lo tanto, todo nos hace pensar que no son un ejército de defensa de los Estados Unidos, sino de intervención, de invasión, y los podrán tener unos meses allí, paraditos, entrenando, acudiendo a las terapias oportunas, pero pronto les tendrán que buscar un nuevo destino. Es la lógica capitalista, lo de la función crea el órgano es una reliquia conceptual. Ahora se manejan otras ideas y si tenemos soldados perfectamente preparados y armados sin hacer nada, no los vamos a despedir o mandar a la reserva, por lo que la solución es buscarles otro lugar donde ir, invadir, proteger los intereses de petroleras u otras industrias pesadas. Los petates volverán a cargarse de fotos, recuerdos y muchos instrumentos bélicos para causar muerte y desolación. ¿Qué país o zona será la elegida? ¿Dónde se inventarán un nuevo enemigo para justificar sus tropelías? Permanezcan atentos.