No parece que ésta sea la Vuelta que soñaba Mark Cavendish. Cuando no es un recorrido demasiado duro, su equipo lo deja solo, y cuando no arranca antes de tiempo, algún rival le cierra la puerta. «¡Con Petacchi hemos topado!», debió pensar el sprinter de Columbia, que tuvo que rendirse ante el corredor de Lampre, después de que éste le impidiera progresar pese a que se veía que, de haber podido, Cavs hubiera rebasado con facilidad al ciclista de La Spezia.

La de ayer fue una nueva etapa anodina, sin viento que incomodase la marcha del pelotón camino de Orihuela, ni mayor incidencia sino el abandono de Flecha, enfermo de un virus que lo dejó baldado, y que, por desgracia, ha costado la vida del masajista alavés Txema González. Sólo cuatro valientes, Dominik Roels (Milram), Martin Pedersen (Footon), Vladimir Isaichev (Xacobeo) y Jorge Montenegro (Andalucía) le dieron algo de vidilla a la jornada.

El pelotón administró la ventaja de los fugados. Lampre, Columbia y Garmin asumieron la responsabilidad de la caza y atraparon al cuarteto de escapados a cinco kilómetros del final. Una vez más, Cavendish se quedó sin equipo y trató de buscar la rueda de Petacchi para llevarse el sprint. Parecía que esta vez sí podría imponerse, pero no contó con que el italiano, que además también pedaleó lo suyo, hallara la forma de cerrarle todas las puertas.

Los favoritos de la Vuelta tendrán hoy una de sus primeras piedras de toque con la llegada a Xorret de Catí.