GIRONDINS 2

OSASUNA 0

Osasuna sigue enemistado con el gol. No tendría por qué sobrepasar la categoría de anécdota, teniendo en cuenta que casi todos los uyyys se han proferido en amistosos, pero 450 minutos sin ver puerta son muchos, ya sea en bolos o en competición oficial.

El amistoso frente al Girondins fue el quinto consecutivo que acabó con Osasuna sin celebrar un gol, uniéndose al debut liguero ante el Almería y los tres últimos partidos de pretemporada, ante Real, Valladolid y Rayo. Teniendo en cuenta que en los cinco encuentros veraniegos anteriores, el equipo tampoco fue capaz de marcar más de cuatro tantos, la media no mejora demasiado: apenas 0'4 goles por partido para un equipo que debería ser totalmente impenetrable si quisiera rentabilizar semejante miopía.

Lo cierto es que en Mont de Marsan tampoco faltó demasiado para subir la media, no en vano Osasuna envió dos balones al palo. Claro que para entonces, el equipo de Jean Tigana ganaba con comodidad y se limitaba a esperar el final de los noventa minutos, especialmente pesados por el fuerte calor.

Los tantos bordeleses llegaban en el primer tiempo, con una bonita semichilena de Wendel y un remate de Bellion. Los rojos reaccionaron en la reanudación, que afrontaron con más chispa que su rival. El balón, la posesión y las ocasiones eran navarras en el segundo tiempo, aunque el Girondins anduvo cerca de la puntilla, con una vaselina de Bellion que se estrelló en el larguero.

La respuesta iruindarra fue en consonancia. Con el equipo enrabietado, ya en la recta final, Olimpia envió a córner un disparo envenenado de Camuñas. Un saque de esquina que Lolo y Pandiani, ambos de cabeza, remataron consecutivamente al larguero. Ahí acabó la ficción; la realidad regresa en una semana en el Bernabéu.