remonte Final del Casino Kursaal
Ezkurra, un campeón 10
El delantero de Doneztebe impuso su experiencia tras el empate a 23 tras una final muy igualada.
Jon ORMAZABAL I
No necesitaba Koteto Ezkurra del triunfo de ayer para tener un hueco entre los más grandes de la especialidad, pero el delantero de Doneztebe ya está en el Olimpo deportivo después de sumar su décima txapela absoluta, una cifra sólo al alcance de los elegidos en cualquier especialidad deportiva.
En un mundo profesional en el que los campeones cada vez son más jóvenes y su reinado más efímero, el remontista de Doneztebe, a sus 37 años y cinco después de su última txapela y 15 más tarde de su primera, redondeó una trayectoria que será muy complicada de igualar en cualquier modalidad.
Acostumbrado a hacer frente a grandes adversidades a lo largo de su vida, el pelotari navarro se sacó la espina que tenía clavada en estos últimos cinco años en los que los problemas físicos le habían privado de conseguir esas 10 que sus manos mostraron en cuanto acertó a soltarse el remonte tras alcanzar el cartón 30. La de ayer era la décima, pero por el modo en la que lo celebró y lo que le ha costado pasar a los dos dígitos, tuvo un sabor quizá más agradable que la primera allá por 1995.
Igualdad hasta el final
En una especie de relevo generacional ante su paisano San Miguel, Ezkurra no lo tuvo nada sencillo para hacer valer unos pronósticos quizá excesivamente favorables.
El partido, en un Galarreta que registró una gran entrada, fue brillante y se vieron buenos tantos. Los dos pelotaris jugaron rápido, la final tuvo ritmo y apenas hubo interrupciones. El saque se antojaba clave, pero los dos estuvieron bastante mejor en el resto. Ambos se metieron muy bien en la pared pequeña y consiguieron tantos con el resto. Ambos demostraron tener muchos recursos y jugaron un partido completo, por lo que las alternativas en el marcador fueron constantes y nadie conseguía abrir huecos definitivos.
Pese a su inexperiencia, San Miguel dejó pronto su impronta y comenzó mandando. Se adelantó 0-3, pero se igualó el partido y, tras la igualada a diez, parecía que Ezkurra iba a romper el partido, ya que se adelantó 14-10 y 16-13, pero reaccionó San Miguel. Volvió a empatar a 16 e incluso se adelantó 16-18 con tres excelentes saques consecutivos. Apuraba al máximo en la primera oportunidad -hizo seis pasas- y con el segundo cruzó muy bien la pelota. Ezkurra empató a 18 y la igualada volvió en el 19, en el veinte, en el veintiuno y en el veintitrés.
El punto de inflexión fue el 24-23 a favor de Ezkurra. San Miguel, dominado, llevó dos rebotes muy complicados, el segundo parecía imposible y el zaguero de Doneztebe sacó de la chistera un rebote típico suyo que llegó justo al frontis pero no superó la chapa. Sonó la chismosa y el tanto subió a favor de Ezkurra. Le faltó el canto de una moneda para que fuera buena, pero no fue así.
San Miguel se vino algo abajo y cometió a partir de ahí tres errores en tres tantos clave que le alejaron definitivamente del título ya que Ezkurra, además, atinó bastante más con el saque e impuso su mayor poso en los instantes definitivos.
Ha costado, pero la sufrida ama de Koteto Ezkurra tuvo ayer por fin la merecida dedicatoria. Tras olvidarse de ella en las nueve anteriores ocasiones, el pelotari de Doneztebe quiso acordarse de su progenitora en un día tan importante, un homenaje que también quiso hacer extensible a todo Galarreta.
Pese a que en la previa quiso restar importancia a esta décima txapela, la disfrutó casi más que la primera. «Esto parecía un imposible, llevaba cuatro años buscándolo y al final ha llegado. He trabajado mucho para conseguirla y se agradece un título así», declaró el delantero de Doneztebe, que no tiene intención de retirarse. «Todavía creo que tengo unos años para dar guerra y disfrutar».
En su análisis de la final, Ezkurra explicó que todo fue como había planeado. «Tenía que seguir hasta sacarlo del partido, creo que al final lo he conseguido con el saque, me he ido y al final se ha desarmado. Hasta el empate a 23 hemos ido muy igualados y yo no podía hacer hueco, porque este chaval en el peloteo es muy fuerte». GARA