BP publicó ayer las esperadas conclusiones de la investigación de la explosión de su plataforma en el Golfo de México, donde murieron once personas y que causó el mayor vertido de la historia de EEUU, en las que señala que fue causada por una confluencia de fallos cometidos por esta compañía y por otras empresas. En sus conclusiones principales apunta la responsabilidad de la propia BP, que operaba la plataforma, pero también de la propietaria de la estructura, Transocean, y de la firma constructora del pozo, Halliburton.

En cuanto al diseño mismo del pozo, el informe de BP dice que no es probable que haya contribuido al desastre, aunque en el momento del accidente la estructura funcionó de manera diferente a la planificada.

Ello se debió, según dice, al tipo de cemento utilizado en su construcción, que no era el adecuado, y al mal funcionamiento del dispositivo que debía contener la salida de petróleo y gas.

El informe afirma que la responsabilidad por el accidente que destruyó la plataforma Deepwater Horizon corresponde a «múltiples compañías y equipos de trabajo».

Tras la explosión, se derramaron unos cinco millones de petróleo crudo en las aguas del Golfo durante 87 días.