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La UE fuerza a Serbia a dar su brazo a torcer sobre Kosovo ante la ONU

Ante las fuertes presiones de la Unión Europea, Serbia ha decidido finalmente no presentar batalla ante la ONU. Tres meses después de que la Corte Internacional de La Haya ratificara la legitimidad de la declaración de independencia de Kosovo, la Asamblea General de Naciones Unidas aprobó por unanimidad una resolución copatrocinada por la UE y en la que Belgrado se compromete a negociar sobre cuestiones prácticas con el nuevo Estado kosovar.

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Dabid LAZKANOITURBURU I

La Asamblea General de Naciones Unidas (ONU) aprobó en la noche del jueves (madrugada en Euskal Herria) por aclamación una resolución que apuesta por el diálogo entre los estados de Serbia y Kosovo.

Sobre el papel, parece otra resolución a añadir a la larga lista de iniciativas diplomáticas de la ONU. Pero es mucho más.

Y es que fue finalmente la propia Serbia la que, tras un «acuerdo» con la Unión Europea, presentó a votación esa resolución, en la que se apuesta por el diálogo entre Belgrado y Pristina para «promover la cooperación, buscar progresos en el acercamiento a la UE y mejorar la vida de los ciudadanos» de uno y otro Estado.

El Gobierno serbio renuncia así a un borrador de resolución que presentó en julio ante la Asamblea General de la ONU, en el que insistía en que el diálogo debía incluir la cuestión del estatus de Kosovo y su proclamación de independencia en febre- ro de 2008.

Sentencia de La Haya

El pasado mes de julio, la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya dictaminó que la independencia de Kosovo no constituyó una violación del derecho internacional. Belgrado reaccionó a esta decisión judicial con cajas destempladas y prometió llevar la guerra a la Asamblea de la ONU, a la que presentó una resolución en la que insistía en calificar de inaceptable la «secesión» de Kosovo y en la que exigía una «solución aceptable para todas las cuestiones pen- dientes», incluido el estatus jurídico de Kosovo.

Esta amenaza provocó la ira de la UE, 22 de cuyos 27 miembros -entre ellos los que constituyen el núcleo duro comunitario- han reconocido la indepen- dencia de Kosovo y lo consideran un caso cerrado.

Tras semanas de «negociaciones», la jefa de la diplomacia de la Unión, la británica Catherine Ashton, y el presidente serbio, Boris Tadic, firmaron el pasado miércoles un acuerdo para presentar juntos la nueva resolución ante la ONU. Un texto en el que desaparecía le mención a que «toda secesión unilateral no puede ser una manera aceptable de resolver las cuestiones territoriales» y en la que Belgrado se compromete al diálogo.

El propio Tadic situó el acuerdo en el marco de la cooperación con la UE y lo presentó como muestra «de un deseo sincero de resolver todas las cuestiones en el marco de una relación de asociación con la UE y con todos los actores internacionales importantes».

La UE mantiene entornada la puerta de acceso a Serbia para su adhesión. Sin duda alguna, Kosovo es una de las cuestiones calientes y hasta ahora pendientes, junto con la entrega del presunto criminal de guerra Ratko Mladic, buscado por crímenes de guerra y contra la humanidad en la guerra de exterminio contra Bosnia.

Tensa y al final histórica

Es la primera vez desde la proclamación de independencia de Kosovo, el 17 de febrero de 2008, que Belgrado se declara dispuesto a dialogar con Pristina sin evocar la cuestión del estatus de Kosovo.

La Asamblea General de la ONU arrancó con casi tres horas de retraso y no estuvo exenta de tensión. La delegación serbia, presidida por el ministro de Exteriores, Vuk Jeremic, amenazó con abandonar la sala al advertir la presencia de una representación oficial del Gobierno de Kosovo, liderada por su presidente, Fatmir Sejdiu.

Finalmente, tras intensas discusiones entre los embajadores, el presidente de la Asamblea, Ali Treki, explicó a preguntas de la delegación serbia que los representantes de Pristina estaban presentes en calidad de invitados del Estado francés, Alemania, Italia, Gran Bretaña y EEUU.

Pese a que la resolución votada unánimemente y copatrocinada por la UE y por la propia Serbia hace acuse de recibo del fallo de la Corte de La Haya, Jeremic se apresuró a advertir de que «Serbia no reconoce ni reconocerá la declaración unilateral de independencia de Kosovo». Admitió, eso sí, que su Gobierno ha auspiciado una «resolución neutra» que «deseamos que contribuya a un acuerdo general de paz entre serbios y albaneses (de Kosovo) a alcanzar a partir de un diálogo honesto».

Tanto los gobiernos francés y británico como EEUU se felicitaron por el desenlace del pulso ante la Asamblea General de la ONU. «Ahora es el momento de mirar hacia adelante y de que Serbia y Kosovo abran una nueva fase en sus relaciones centrada en un futuro común dentro de la UE», señaló la embajadora adjunta de EEUU, Rosemary Di Carlo, quien añadió que la resolución se ajusta al dictamen de La Haya sobre la legitimidad de la independencia de Kosovo.

La mayoría de analistas serbios coinciden en señalar que estaríamos como mínimo ante «un cambio táctico y ante el final de un período de confrontación con Occidente (UE y EEUU), con los que Belgrado tratará en el futuro de consensuar posturas». Zoran Skulic aludió a la posibilidad de que Serbia obtenga el estatus de candidato a la adhesión antes de fin de año.

Primera víctima

Antes, los cuchillos ya están afilados en Serbia y la prensa apunta a que el presidente Tadic podría sacrificar a su ministro de Exteriores, Jeremic, tras el rotundo fiasco de su iniciativa ante la Corte de La Haya.

Las formaciones opositoras Partido Liberal Democrático y Nueva Serbia habían reclamado la dimisión de Jeremic en caso de que la resolución serbia sufriera una «nueva derrota» en la Asamblea General de la ONU.

El propio Jeremic aseguró ante el Parlamento estar dispuesto a «afrontar las consecuencias» de su gestión.

El Gobierno español insiste en no darse por enterado

El Gobierno español, que junto a otros cuatro miembros de la UE no reconoce al Estado de Kosovo, negó que la resolución suponga un paso más en el reconocimiento internacional de la independencia kosovar. «España no reconoce a Kosovo y no lo va a hacer en estos momentos», señaló el ministro Moratinos. GARA

«La batalla está ganada», anuncia el Gobierno kosovar

Los responsables kosovares se felicitaron ayer del resultado del pulso de Serbia ante la ONU. «La batalla está ganada», declaró el ministro kosovar de Exteriores, Skender Hyseni. «Definitivamente, es una buena noticia para Kosovo el que haya sido aceptada una resolución que respeta y adopta el dictamen de la Corte Internacional de Justicia» de La Haya, señaló. Asimismo, el jefe de la diplomacia kosovar se felicitó «sinceramente del inicio de un proceso de cooperación con Serbia».

«La cuestión kosovar abandona definitivamente el cuadro de Naciones Unidas (al que Serbia se ha agarrado hasta ahora como un clavo ardiendo desde la retirada de sus tropas en 1999 en plenos bombardeos de la OTAN) y encuentra su lugar natural, Europa y la Unión Europea», señaló Hyseni, quien mostró su esperanza en que esta salida de la crisis anime a más países a reconocer la independencia del nuevo Estado -hasta ahora ha sido reconocido por 71, entre ellos EEUU y 22 de los 27 miembros de la UE- y excluyó rotundamente la posibilidad de que haya nuevas negociaciones sobre el estatus de Kosovo o incluso sobre su eventual partición.

«Las conversaciones se limitarán a la cooperación sobre cuestiones de interés recíproco. Nunca más habrá discusiones sobre el estatus, la eventual partición o el orden interno de Kosovo», insistió en declaraciones a la televisión pública RTK.

Y es que a las cuestiones técnicas pendientes no les falta enjundia. Transportes, telecomunicaciones, energía, personas desaparecidas... entran en el menú, sin olvidar las cuestiones más espinosas como la protección de los monasterios ortodoxos en Kosovo o la cuestión de la minoría serbia.

El Gobierno serbio guarda silencio sobre el formato y el calendario de estos nuevos contactos, pero los analistas serbios ya ponen fecha para su inicio: antes de que comience el año. Y no falta quien, desde Kosovo, aventura que Serbia podría seguir utilizando a los serbios del norte de Kosovo como ariete para que sean ellos los que retomen la bandera contra la independencia kosovar. D. L.

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