Cuando se ponen en plan tremendista, los pensadores de la derechona hispana se pasan de frenada de forma escandalosa.

Pío Moa, uno que anduvo en el GRAPO y ha terminado a la derecha de Gengis Khan, advertía ayer en «Libertad Digital» que el gobierno de ZP no es que esté negociando con ETA sino colaborando de forma activa con esa organización. ¡Hay que leer para creer!

Lo dice así de claro: «Si usted cree que el Gobierno negocia o ha negociado con la ETA, está en un craso error. `Negociar' es una palabra que suena bien, pero negociar con asesinos totalitarios tiene otro nombre: colaborar con ellos». El tío empieza a crecerse.

Y luego se pregunta de forma retórica: «¿Por qué colabora el Gobierno con los asesinos etarras?», para contestarse a continuación: «porque comparte con ellos el 90% de su ideología, como puede observar cualquiera con dos dedos de frente y un poco de memoria».

Pero no se queda ahí el maoista reconvertido a joseantoniano: «hay otro factor clave, bien visible en la totalitaria Ley de Memoria Histórica. Esta deslegitima (quiero decir, lo pretende) radicalmente al franquismo, y por ello a cuanto viene de él, esto es, la transición y la democracia actuales». O sea que no hay que deslegitimar el franquismo. Bueno es saber cómo piensa la derecha española. Y mejor aún que lo escriban para que todo el mundo lo sepa. Bueno, en realidad Jaime Mayor Oreja también habló de la dictadura como un tiempo «de extraordinaria placidez» y no le han pedido cuentas por ello.

Para concluir su análisis, Moa nos lo cuenta así: «Como se recordará, eso, la ruptura, era lo que buscaba casi toda la oposición antifranquista al comienzo de la transición; solo su debilidad la obligó a resignarse al cambio «de la ley a la ley». No toda se resignó, sin embargo: la ETA siguió golpeando año tras año, llevando al país a la crisis que desembocó en el 23-F. La "ley de memoria histórica" premia también a los etarras, pintándolos de luchadores por la democracia, y constituye, esencialmente, una vuelta al rupturismo. Por ello la ETA es aceptada, "negociada" y recompensa (...) difícilmente podían haber esperado más los etarras de sus crímenes». Como pueden ver, se les va la olla.