Floren Aoiz www.elomendia.com
Si quieres cerezas, cuida los cerezos
Tanto si realmente había luz al otro lado como si hemos abierto un hueco en la roca, estamos ya vislumbrando un horizonte luminoso, aunque la oscuridad se empeñe en amenazarEn marzo de 2006 escribí en este mismo periódico un artículo titulado «Tiempo de cerezas». Los frutos de aquel esfuerzo, por desgracia, no fueron los deseados, el proceso se encalló y la frustración ha sido un hueso duro de roer. En diciembre de 2008 quise señalar la diferencia entre un túnel y un agujero (en el que es inútil buscar la luz de la salida) y me preguntaba en cuál de los dos escenarios nos encontrábamos. Ahora me atrevo a afirmar que tanto si realmente había luz al otro lado como si hemos abierto un hueco en la roca, estamos ya vislumbrando un horizonte luminoso, aunque la oscuridad se empeñe en amenazar.
La furibunda reacción del campo nacionalista español a la iniciativa de ETA ha podido sorprender a algunas personas y es evidente que están buscando la espectacularidad, pero supone la constatación de la correción de los análisis sobre la debilidad del proyecto nacional español y su voluntad de apretar las filas para evitar quedar desbordados. Alardes de firmeza y contundencia que demuestran su endeblez estratégica y su nerviosismo, pero sobre todo el fracaso de la agenda que se habían marcado para doblegar el independentismo vasco. El nacionalismo español está a la defensiva y el PSOE es ahora tan frágil que se siente obligado a demostrar a toda costa al PP que no es cierto que esté negociando con la izquierda abertzale. El arrogante Rubalcaba tiembla ante las estupideces de Mayor Oreja, un bufón que con sus avisos apocalípticos logra marcar la pauta de la política de estado hacia Euskal Herria.
Hace unos días, mientras «Público» afirmaba que el anuncio de ETA ha tenido «gran eco internacional» y la portavoz de la Comisión Europea hablaba de «una razón para la esperanza», Jauregi, que fue tan respetuoso con los derechos humanos y las libertades en tiempos de los GAL, afirmaba que en Estrasburgo de ese tema ni se hablaba.
Si alguien esperaba encontrar alguna muestra de alivio o satisfacción en las personas amenazadas por ETA y asociaciones de víctimas, habrá comprobado que han tomado el comunicado como un atentado. La AVT ha llegado a decir que no acepta «la tregua de ETA». Algunos medios de comunicación podían haber titulado sus crónicas «nuevo atentado de ETA declarando que hace tiempo decidió no atentar».
Cabe esperar que sigan rebuznando y, lo que peor, dando coces. A falta de voluntad de acuerdo y capacidad de escuchar, zarpazos. Pero no son golpes medidos, fruto de la maquiávelica estrategia de la que alardea Rubalcaba, sino nuevas torpezas. La respuesta española a las llamadas a una solución pretende ser un potente grito para marcar territorio, pero suena más bien como un repugnante eructo, cuyo olor revela la putrefacción de las entrañas de quien lo lanza.
Parece que hasta la paz hay que hacerla contra ellos. Les tiendes un ramo de olivo y echan mano a la porra. Su plan es claro: sabotaje. Quieren cortar los cerezos pese a saber que queremos compartir las cerezas. Por eso es tan importante cuidarlos y abonarlos.