Al menos 20 personas resultaron heridas, ocho de ellas pertenecientes a las fuerzas de seguridad, en los enfrentamientos registrados entre cientos de manifestantes independentistas y las fuerzas de seguridad indias, que emplearon fuego real contra los congregados en las protestas antigubernamentales de la Cachemira ocupada por Nueva Delhi, en cuya capital, Srinagar, el Gobierno ha instaurado el toque de queda indefinido, en el segundo día de disturbios.

Las autoridades trasladaron a miles de efectivos de seguridad para aplacar las manifestaciones. Según los últimos balances, al menos cinco personas resultaron heridas por disparos y gases lacrimógenos de la Policía cuando lanzaban piedras contra la casa del ministro de Educación de la región, Peerzada Mohammad Syed, que salió ileso del asalto. «Syed estaba dentro en el momento del ataque, pero escapó intacto», declaró a Efe un mando de la Policía.

Otras 15 personas resultaron heridas, incluidos ocho policías, en los enfrentamientos entre las fuerzas gubernamentales y manifestantes que lanzaban piedras en distintos puntos del Valle de Cachemira, de mayoría musulmana. Asimismo, en el norte, los manifestantes prendieron fuego a un colegio y lanzaron bombas incendiarias contra una patrulla, siempre según fuentes policiales.

El Gobierno ocupador indio desplazó ayer a miles de efectivos e instauró un toque de queda indefinido en Srinagar y otras poblaciones del valle, un día después de que los manifestantes la emprendieran contra varios edificios gubernamentales en la capital regional, llegando incluso a quemar uno de ellos y otro vehículo policial.

De este modo tratan las autoridades indias de aplacar la mayor protesta independentista en Cachemira en dos años, un conflicto recrudecido en junio cuando un joven de 17 años fue ejecutado por la Policía. Setenta personas han muerto ya, la mayoría por disparos policiales contra los manifestantes.

En Srinagar, tropas equipadas con rifles de asalto patrullan las calles desiertas en la mayor parte de distritos, y bloquean las carreteras con alambradas y barricadas metálicas.

El primer ministro del estado indio de Jammu y Cachemira, Omar Abdullah, declaró que el recrudecimiento de la violencia en la cachemira de mayoría musulmana ha provocado un retraso a la nueva iniciativa de paz anticipada por el Gobierno. «Semejantes protestan crean problemas a todo el mundo (...). ¿Cómo vas a dar ese paso si la violencia continúa?», afirmó Abdullah en declaraciones al canal indio NDTV.

Independencia

Estas declaraciones coinciden con la publicación de una encuesta por parte del diario «Sunday Hindustan Times», en la que se afirma que el 66% de los habitantes en la Cachemira administrada por India desea la independencia. El mismo sondeo, citado por AFP, indica que menos del 10% de los cachemires que soportan la ocupación paquistaní quieren seguir así.