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La resaca

Cuando el ímpetu se convierte en precipitación

«Quisimos meter el segundo sin haber marcado el primero», lamenta Gurpegi.

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Amaia U. LASAGABASTER

Diez horas después de encajar su primera derrota de la temporada, el Athletic regresó el trabajo. Tocaba digerir un partido en el que, pese a morir con las botas puestas, el resultado no fue el único «pero» que encontraron los rojiblancos.

Curiosamente, fue uno de los aspectos que acostumbra a darle réditos el que acabó pasando factura al cuadro bilbaino. En este caso el ímpetu, que se convirtió en precipitación. Joaquín Caparrós ya había reconocido nada más concluir el choque que «la ansiedad del principio nos ha matado» y sus jugadores se expresaron ayer en una línea similar.

Algo más positivo en el caso de Gorka Iraizoz, para el que «todo ese ímpetu también es positivo para crecer y poco a poco ir a más. Fue un gran partido para la gente -destacó el guardameta-, aunque nosotros estamos más tristes porque perdimos. Pero también hay cosas positivas que hemos analizado, al igual que las negativas que hay que corregir».

Más autocrítico se mostró Carlos Gurpegi, que incidió en el mismo aspecto que su entrenador. El centrocampista recordó que el hecho de que el Atlético se adelantara en su primera ocasión «complicó mucho» la tarea, pero también reconoció que el Athletic había pecado de «precipitación», en parte «por las ganas que teníamos de agradar en el primer partido que jugábamos en casa y ante un rival de mucha calidad». De ahí que el equipo pusiera «muchísimo corazón, pero en algunos momentos del juego estuvimos precipitados». De manera más gráfica, los rojiblancos quisieron «meter el segundo gol sin haber marcado el primero».

Uno de los damnificados por tanta intensidad fue el propio Gurpegi, que se la jugó para frenar un contragolpe colchonero. El castigo del árbitro se quedó en una falta al borde del área, pero el navarro se tuvo que retirar casi de inmediato con problemas físicos. Afortunadamente ya han desaparecido y ayer pudo participar del entrenamiento junto al resto de sus compañeros.

Toquero, a la espera

No es el caso de Gaizka Toquero. El gasteiztarra protagonizó una recuperación express tras el esguince de tobillo que había sufrido en Alicante, pero el domingo tuvo que volver a retirarse antes del descanso, esta vez con problemas musculares. Más concretamente, con una «lesión en la musculatura isquio-tibial de la pierna derecha», según se detalló desde los servicios médicos. Habrá que esperar a conocer los resultados de la resonancia a la que se someterá hoy para determinar el alcance exacto de la lesión, pero, más allá de la relación que haya podido tener con su recuperación acelerada, es probable que esta vez se abogue por la prudencia para su reaparición.

De menor gravedad son los problemas de Iker Muniain y Óscar de Marcos, habituales en el post partido. El navarro acabó el choque con una contusión en la cara anterior de su muslo derecho y el alavés con un esguince leve de tobillo derecho, por lo que ayer no pudieron trabajar al ritmo de sus compañeros. Tampoco lo hicieron, igualmente tocados, David López y Koikili.

El equipo regresará al trabajo mañana

La plantilla rojiblanca descansa hoy para regresar mañana al trabajo en Lezama, donde empezará a prepararse para unos días intensos. El Athletic visita el sábado al Sporting, para recibir el martes al Mallorca y repetir cita en San Mamés, cuatro días después, ante el Barcelona.

Ánimos para Igor Antón tras su caída

Igor Antón recibió ayer una inesperada visita en el Hospital de Cruces, donde se recupera de la fractura de codo que le hizo abandonar la Vuelta. Hasta allí se desplazó Koikili Lertxundi, en representación del Athletic, para regalarle una camiseta firmada por toda la plantilla.

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