CRíTICA cine

«The Runaways»

Mikel INSAUSTI

The Runaways” es una película fallida desde todos los puntos de vista, porque no va a convencer al público adolescente que se identifica con el fenómeno fan y la Kristin Stewart de la saga “Crepúsculo”, ni tampoco a la quinta de Joan Jett que vivió la eclosión del rock femenino en la década de los 70. No entiendo el empeño en querer agradar a distintas generaciones a la vez, ya que comercialmente no suele ser aconsejable. En el afán de intentar colar el producto por su vistoso envoltorio se ha mimado todo lo concerniente a la ambientación, en especial el maquillaje y vestuario de las componentes del grupo, clavado de las fotos originales; pero tanto cuidado en la estética retro se vuelve negativo al no hacer otra cosa que remarcar la superficialidad del tratamiento argumental. La película deviene en una pasarela de moda vintage, una especie de reunión de quinceañeras para revolver en los armarios roperos de sus madres. Los disfraces de fiesta nostálgica del glam y del punk setenteros no ocultan el vacío de un aburrido biopic que no vale ni para la sobremesa televisiva.

Resulta imperdonable que la debutante Floria Sigismondi no haya sabido hacer nada con una banda sonora tan buena y cañera como la que tenía entre manos, ni siquiera ponerle unas imágenes adecuadas a la manera de un videoclip. Por momentos, consigue superar a Oliver Stone y “The Doors”, que ya es decir, en cuanto a coleccionar topicazos inútiles alrededor del gastado lema de «sexo, drogas y rock and roll». El obstáculo esencial del machismo en el rock, que Joan Jett y sus compañeras han de superar para subirse a los escenarios musicales, es abordado a través de una burda caricatura nada realista, que convierte al productor Kim Fowley y sus continuos abusos en chistosas anécdotas. Las interpretaciones únicamente trabajan el mencionado factor externo, siendo Dakota Fanning la que sale mejor parada, gracias a que no tiene ningún problema para cantar incluso mejor que la verdadera Cherie Currie.