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Lucio Urtubia Albañil anarquista

Carta abierta al señor Patxi López

Media hora de visita, a los padres, abuelos y hermanos, y ello después de varios meses de ahorros para ello. Y los grupos que se juntan para hacer el viaje y les salga más económico, con coche de ellos, y no llegan al destino. Todo ello, señor Patxi López, me parte el alma. Las familias y los presos

Muy estimado señor Patxi López, gobernador, y lehendakari, de las regiones vascas. Con todo mi humilde respeto me dirijo a usted, joven en el nuevo puesto que hoy ocupa, y sin tardar le insto a que deje ciertas costumbres, no buenas ni para usted ni para el socialismo, como hasta el día de hoy ha ocurrido y sigue ocurriendo en Francia, en España y en todos lo lugares. Deseo y espero que usted aproveche esta nuestra necesidad verdadera, socialismo, no con palabras, sino con hechos. Señor López, todo cuanto le exponga en esta carta es mi vida de todos los días, es mi experiencia, nada es imaginado; la puerta de entrada de mi casa siempre esta abierta, y el espacio de ella se llena con varios cientos de personas de nuestras tierras, de Francia, y de turistas de ciertos países. Ello choca muchísimo, que un trabajador, navarro, un muerto de hambre toda su vida, albañil, hoy en retiro, viva como vivo. Ello ni yo mismo me lo puedo creer, he vivido y vivo lo imposible. Pero lo imposible, señor López, no existe, siempre que uno quiera y tenga un ideal verdadero, le diré que he vivido, y continuo viviendo, y creyendo, en la utopía.

Señor Patxi López, el tercer libro sobre mi vida, impreso por Txalaparta hace unos meses, ya esta agotado, lo han comprado para que salga a la venta alemanes, ingleses, americanos, italianos. Hoy día no ceso de viajar y dar charlas por el mundo entero, y particularmente las grandes universidades, como son La Sorbonne, Oxford, Salamanca, Granada y miles de lugares, liceos, casas de cultura y sindicatos. El documental se vende por todos los lugares legalmente e ilegalmente, en el Jura han creado un grupo, el cual se llama Lucio. Se me olvidaba decirle que el DVD hecho por los cineastas de Donostia ha conseguido varios premios internacionales.

Y ahora, estimado señor López, en el espacio Louise Michel, un lugar anarquista, un lugar cultural, donde encima de la puerta de la entrada está puesto Sustraia, nuestras raíces libertarias navarras, por este lugar pasan muchísimos turistas, pero también los padres, familiares, y amigos de los presos en Francia, los presos vascos. Le diré, señor López, que uno esté de acuerdo o en desacuerdo con ciertos hechos ocurridos, nada que ver tiene ello con el ejemplo dentro de las cárceles, y los familiares y amigos que vienen a visitarlos. En esto le repetiré que se esté de acuerdo o no se esté, podemos estar orgullosos de sus comportamientos, de los presos dentro y sus amigos y familiares fuera. En esta mi casa solemos bebernos unas botella de vino de mi pueblo, Cascante, o una botella de chacolí.

Todo ello es alegría y gloria, somos niños, somos hermanos, pero llega el momento de la tristeza. La madre, la hermana del preso han llegado tarde a la visita, lo cual limita de tiempo, y ello después de mil kilómetros. Media hora de visita, a los padres, abuelos y hermanos, y ello después de varios meses de ahorros para ello. Sin olvidar que hay abuelos que los visitan y nunca mas se verán. Y los grupos que se juntan para hacer el viaje y les salga más económico, con coche de ellos, y no llegan al destino. Todo ello, señor Patxi López, me parte el alma. Las familias y los presos.

Le hablo de todo ello porque lo he vivido, y sé lo que es estar en la cárcel, pero no abandonado, o a mil kilómetros de distancia. Mi familia cercana, nada que ver con la situación de nuestros hermanos vascos. Yo no creo en las cárceles ni en las venganzas y, como decía don Miguel de Unamuno, venceréis pero no convenceréis. Yo creo en la bondad, creo en el ejemplo. La justicia fue comprensiva en mi caso personal. Todos hemos salido ganando, he creado dos empresas y un espacio cultural, he ganado mi vida y la siguen ganado treinta familias. En la cárcel no habría hecho otra cosa que acumular odio y rencor, y ningún bien. Señor Patxi, puedo ayudarle a encontrar a gente con prestigio, queridos y respetados, con el fin de que ustedes y las autoridades francesas se pongan de acuerdo para agrupar a los presos vascos en lugares cercanos a la frontera del País Vasco, o en el País Vasco, y terminar con dramas encima de otros dramas, inhumanos. Usted puede hacer lo necesario y terminar con este tristísimo drama, y hacer como hizo el señor François Mitterrand en Francia, donde la mayoría de los franceses estaba por conservar y guardar la pena de muerte, la cual consistía en cortar en dos a los condenados. El Señor Mitterrand tuvo la valentía, y la pena de muerte fue suprimida. También le diré que el Señor Leon Blum les pedía perdón, en el campo de exterminación, a nuestros hermanos republicanos, y les decía «no hice ni lo que podía ni lo que debía».

Señor López, reciba todo mi respeto y consideración.

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