Una persona presa en el centro penitenciario de Langraiz fue encontrada sin vida este domingo sobre las ocho de la mañana. Con la muerte de esta persona son ya tres las víctimas mortales que se ha cobrado este año el penal alavés.

La madre de una persona presa en el centro penal de Langraiz informó este lunes a GARA de una tercera muerte dentro de las instalaciones penitenciarias. No obstante, este periódico no obtuvo una confirmación oficial hasta un día más tarde. La informante señaló que el preso habría sido encontrado sobre las ocho de la mañana y, según lo que le había relatado su hijo, la causa de la muerte podría haber sido «a consecuencia de una negligencia médica».

Al tener constancia de esta información, GARA telefoneó el lunes por la tarde a la cárcel de Langraiz, pero el jefe de servicio de la prisión, aunque no desmintió lo sucedido, alegó que él «no podía facilitar esa información», por lo que sugirió «llamar en horario de oficinas y hablar con la dirección».

De esta manera, al llamar ayer por la mañana al penal alavés indicaron que, casualmente, la dirección «se encontraba reunida» y rebotaron la llamada a otro jefe de servicio, quién sin saber el motivo de la consulta, precisó que habría que ponerse en contacto con la secretaria general de Instituciones Penitenciarias. Así, más tarde GARA consiguió la confirmación oficial de que el domingo una persona falleció en la cárcel de Langraiz; por contra, el gabinete de prensa de Instituciones Penitenciarias no facilitó más datos sobre la causa del fallecimiento, la identidad, edad o módulo en el que se encontraba esta persona.

Más de treinta en tres años

Según datos recabados por el colectivo de apoyo a personas presas, Salhaketa, durante estos tres últimos años ha habido más de una treintena de presos que han perdido la vida tras los los barrotes en Hego Euskal Herria o presos con residencia administrativa en la CAV muertas en otras prisiones del sistema penitenciario español.

En cuanto al penal de Langraiz se refiere, a comienzos de este año, el 19 de enero, F.J.V. de 53 años, a quien al parecer tan sólo le faltaba algo más de un año para cumplir su condena, apareció muerta en la enfermería del penal, «una vez más en extrañas circunstancias», según denunció Salhaketa días más tarde. De nuevo, el 11 de julio, otro preso de 54 años, que cumplía una condena muy breve, apareció muerto en esta prisión. Desde Salhaketa indicaron que el fallecido «se quejaba de dolor de pecho y llevaba días solicitando ayuda».