Mal, muy mal, deben de estar las cosas en España para que un columnista tan avezado como Enrique de Diego proponga en «El Semanal Digital» importar a Patxi López para hacerse cargo de las cosas de La Moncloa.

Según De Diego, la cosa está como para preocuparse, porque «La confluencia de fuerzas poderosas de un auténtico eje del mal pretenden dinamitar y hacer estallar al gobierno autónomo vasco. Esas fuerzas malignas en confluencia son Zapatero, el PNV y ETA». ¡Anda la osa!

Pero todo se complica más aún cuando se combinan elecciones, presupuestos, el paro y las ilegalizaciones. Enrique de Diego lo tiene claro: «Zapatero está dispuesto a echarse en brazos del PNV para que los seis diputados nacionalistas le permitan aprobar los Presupuestos y sobrevivir. El PNV tiene demasiada gente descolocada y en el paro y precisa con urgencia volver al gobierno autónomo vasco. Para hacer tragar esa píldora se necesita el respaldo de ETA, que ETA sea buena, lo cual es imposible, que la banda terrorista declare una tregua vendible. ETA, por su parte, precisa estar en los ayuntamientos para conseguir poder y dinero». No le falta casi nada para pedir el encarcelamiento de Zapatero o la aplicación severa de la Ley de Partidos al propio PSOE. Si fuera coherente con lo que escribe, no dudaría en hacerlo.

Pero el columnista tiene un as en la manga que le permite dormir tranquilo: «El obstáculo de esta operación satánica a tres bandas es Patxi López. El acosado por fuego amigo presidente del gobierno autónomo vasco ha advertido de algunos de sus poderes: siete diputados, uno más que el PNV y, a la postre, más decisivos que los de los nacionalistas». O sea que López amenaza a su jefe de filas. No me lo creo.

Y para concluir la melonada, el tío se supera: «Zapatero va demasiado forzado en éste su declinar galopante, en una operación de tan alto riesgo que parece suicida, aunque Rubalcaba se haya arremangado en la desmerecida función de muñidor del engendro.

Si Patxi López resiste el envite traicionero, si demuestra coraje y fortaleza, no es descartable que emerja como una alternativa sólida a Zapatero». Ya ven que la cosa está muy mal.