Cuando una serie de gran éxito universal tiene una versión local, las comparaciones son obligadas. Esto es lo que ha sucedido con «Las chicas de oro», y las comparaciones son inducidas por la propia producción ya que mantienen el nombre de las protagonistas, el espacio donde sucede es muy similar, y la estructura es calcada. Es, por así decirlo, una especie de traducción, una franquicia. Pero con el sello de José Luis Moreno. O sea, que nos encontramos con muchos prejuicios que, desgraciadamente, se convierte en constataciones conforme vamos viendo la entrega del capítulo.

El reparto que propone esta producción es, sobre el papel, excelente. Las cuatro son magníficas actrices con trayectorias de resultados indubitables, pero juntas, en estos roles, con estos guiones o su tratamiento, no acaban de lograr ninguna de ellas su mejor actuación y el conjunto no parece fruto de una suma homogénea, sino elementos separados que todavía no se han acoplado de la manera eficaz, que era uno de los valores preponderantes de la versión original. En este tipo de series debe existir una química interna, un especie de sensación de que se están divirtiendo las actrices que aquí no se ha conseguido. En cambio se ven vacíos, huecos, rupturas de ritmo, frases muy forzadas desde el guión, no asunción de los personajes en su multitud de matices. Estamos, pues, ante unos prototipos, arquetipos, copias, no en creaciones propias. Cuestión que se puede solucionar y que probablemente suceda en las próximas entregas.

Lo difícil es quitarle el estilo Moreno, esa cutrez característica de sus ofertas, esa necesidad de instalarse en un estándar de un falso lujo populista, con unos guiones cargados de alusiones, en ocasiones demasiados toscos, con diálogos que solamente buscan un gag que no sale orgánico. Y es en estas apreciaciones donde encontramos los rasguños producidos entre lo que es el proyecto, lo que técnica y artísticamente analizamos y el resultado apreciado por la audiencia, que fue muy bueno. Por lo tanto, considerando que se emite en la primera estatal, deberemos esperar desarrollos, mejoras y respuestas de los telespectadores.