«Se aprende de las decepciones, y nosotros hemos madurado con ellas»
Xanti y Joseba
Vocal y bajo de Legen Beltza
Legen Beltza es otra de las bandas vascas con experiencia internacional. Con origen en Azpeitia, el cuarteto ha conocido un sello estadounidense, Crash Music, y uno belga, Mausoleum Records. Sin embargo, para la edición de su nuevo álbum, “Need to suffer”, han optado por la autoedición.
Pablo CABEZA | BILBO
Pasados los prolegómenos juveniles, la historia de Legen Beltza se inicia en Azpeitia en 1998. Cuadrilla, amigos, afinidades musicales, una chispa que deriva en otra, la música heavy entre las vidas... y los primeros ensayos para lograr una versión medianamente reconocible. La primera hazaña de Legen Beltza, fue componer «Tartalo» (con Xanti, Joseba, Ekaitz, Edorta, Axier y Jony) que, un año después (1999), terminaría en «Ziztu bizian» (Xanti, Ekaitz, Joseba y Edorta), su primera demo.
Desde 2001, ya con la entrada de Joseba Azkue, la formación se estabiliza, y van llegando los discos y el prestigio. No obstante, antes de la grabación de «Need to suffer», Xanti Rodríguez percibe que se encuentra más libre y ligero si sólo se dedica a cantar, dejando el bajo. De otra parte, el grupo cada día cuenta con más experiencia y fórmulas musicales más complejas, por lo que ve necesario volcarse sólo ante el micro. Ante tal decisión, Joseba Azkue, guitarra, pasa a ser bajista, y Ekaitz Garmendia redobla sus esfuerzos con la guitarra. La remodelación se completa con la salida de Edorta y la entrada de Iban Hernández a la batería.
En cuanto al acelerado y abrupto «Need to suffer», lo que ofrece Legen Beltza es un disco musculoso, agresivo, sin piedad y fiel al thrash clásico con estribillo heavy; además, el buen death metal completa el envenenamiento de todas las arterias del cuarteto, que cuenta con el talento y el acabado gráfico profesional de su vocalista Xanti, capaz de ofrecer, al margen del grupo, un trabajo de diseño de extrema calidad.
El primer disco fue con IZ, «Istorio triste bat» (2001), discográfica desaparecida desde hace muchos años. ¿Han intentado reeditarlo por su cuenta, comprar el máster...?
Xanti: El contacto con ellos es nulo. Tuvimos hace tiempo la idea de hacernos con el máster y volver a mezclarlo. Realmente nos haría mucha ilusión. Creo que es un disco mucho mejor de lo que parece, con temas muy cañeros. Quizá en el 20 aniversario nos animemos (risas).
En la actualidad tienen nuevo disco Annihilator y Megadeth (en este caso en directo), dos de las formaciones con las que han cabalgado y aprendido desde el principio y en paralelo.
Joseba: Son bandas que respetamos una barbaridad. Llevan toda la vida en la brecha y, aunque tienen sus altibajos, son unas máquinas. En directo es una pasada ver lo profesionales que son. Hoy en día, el thrash vuelve a pegar fuerte gracias a las bandas precursoras como Testament, Annihilator, Exodus o Kreator.
Han contado con dos sellos internacionales, el primero con una distribución escasa por Europa; y el segundo, europeo, pero quizá tampoco muy efectivo. ¿Qué les queda de esas experiencias, qué se aprendió, qué es lo que más les decepcionó... ?
X.: También se aprende de las decepciones, y nosotros hemos madurado con ellas. Imagínate, cuando sacamos el álbum con Crash Music, de EEUU, («Insaniti», 2003) nos gastamos un pastizal en la producción, que estuvo a cargo de Jeff Waters (de Annihilator). Hicieron su curro, pero creemos que no en consonancia con la inversión. Realmente nos sentimos un poco decepcionados. El único sello que se ha portado como Dios manda, fue Frontline con la publicación del disco «Total insanity» (Sello madrileño con raíces en Arrasate que reeditó «Insaniti» con el añadido de un DVD). Nos metió en festivales grandes, invirtió pasta en promo etc. Esa fue la mejor inversión de Legen Beltza por aquel entonces. Chapeau para Frontline. Pero cosas del destino, no seguimos con ellos, fuimos a Mausoleum Records (sello belga), y más de lo mismo. Una discográfica grande, pero, curioso, con poca pasta. Era una ruina tener que comprar tu propio álbum («Dimension of pain») para venderlo en los bolos. Todo esto, y las ganas de tomar las riendas de la banda y todo lo que la rodea, nos ha hecho tomar la decisión de autoproducir el nuevo disco, «Need to suffer». Hoy en día nadie invierte en ti, así que lo mejor es sacarte tú las castañas del fuego.
Si no me equivoco, el contrato con Mausoleum les obligaba a un disco más...
J.: Es cierto pero, viendo la falta de interés y la poca profesionalidad demostrada por su parte, les propusimos terminar con lo acordado. Por mutuo acuerdo, decidimos seguir cada uno con lo suyo. Más vale solos que mal acompañados.
Ahora toca autoproducción. ¿Es duro? ¿Les suena como a dar un paso atrás?
J.: No creemos que la autoproducción sea un paso atrás, sino todo lo contrario. Se trata de apostar por ti mismo, tienes que currártelo mucho más y mover el disco sea como sea. Pero por lo menos no hay nadie que te vaya a tomar el pelo. Eres tú mismo con tu producto. Reconocemos que es difícil promocionar y distribuir el disco sin los contactos de una discográfica. De todos modos, son ya varios años en los que hemos conocido a mucha gente y hemos hecho nuestros propios contactos. No hay mayor placer que sentirte independiente al cien por cien. Gracias a unos y a otros, el disco pronto estará en las tiendas.
El álbum se ha grabado en el local de ensayo. Aun así, se ha conseguido un excelente sonido, parece un milagro todo, pero, en especial, por lo complejo que es grabar una batería metalera.
J.: Pues sí, este disco está grabado en nuestro local de ensayo, y el buen resultado se debe a que hemos trabajado un huevo de horas. Ha sido un proceso duro y muy largo pero, sobre todo, gratificante. Cuando grabas en tu local, no tienes el material del que dispones en un estudio, pero compensa, teniendo en cuenta que grabar un disco sin la presión de estar pagando una pasta por hora es la hostia. Te puedes centrar muchísimo más en hacerlo sonar como tú quieres y darle las vueltas que desees a la misma canción hasta conseguir el resultado deseado. Como ejemplo, cinco días nos tiramos para grabar sólo la batería. Pero sin duda que el esfuerzo ha merecido la pena. Matizar, de paso, que todo esto no habría sido posible sin el trabajo de todos nosotros. Ekaitz ha trabajado mucho en cuanto a las labores de estudio, y Xanti se ha currado todo lo relacionado con el diseño del álbum. También ha sido muy importante la ayuda de colegas, siempre echando un cable.
Grupo: Legen Beltza.
Título: «Need to suffer».
Discográfica: Autoproducción.
Tíendas: «Ya a la venta».
Contacto: banda@legenbeltza.com.
www.myspace.com/legenbeltza
«No creemos que la autoproducción sea un paso atrás, sino todo lo contrario. Se trata de apostar por ti mismo, tienes que currártelo mucho más y mover el disco sea como sea»
«Este disco está grabado en nuestro local, y el buen resultado se debe a que hemos trabajado un huevo de horas. Ha sido un proceso duro y muy largo pero, sobre todo, gratificante»
Escuchado el disco, lo que parece claro es que Legen Beltza buscaba un sonido duro, voluminoso, sin concesiones estilísticas, pero sin descuidar un posible estribillo.
J.: Sí, teníamos claro que iba a ser cañero, contundente, agresivo... De ahí que los temas sean tan rápidos y acelerados en general. También hemos procurado que la melodía tenga cabida en este disco, demasiada caña a veces aburre, ya sabes.
En canciones como «Suicide», por ejemplo, se mezclan melodía y caña bruta de forma radical; el resultado es una canción muy completa. Tiene un toque clásico, de estribillo heavylon, pero luego viene la sorpresa: voces guturales y batería aplastante con guitarras machaconas. Se puede decir que este es el disco en el que más hemos participado todos los miembros de la banda y eso se nota en el resultado, porque refleja más que nunca los gustos de cada uno de nosotros.
La masterización está hecha fuera, ¿es tan importante?
J.: Es donde se saca todo el jugo al disco. En este proceso, se consigue un sonido que difícilmente se lograría mezclando y masterizándolo en nuestro local. Para esto es vital contar con gente de la talla de Andy Classen. La primera vez que escuchamos su labor, nos quedamos impresionados. Nos ha demostrado que, con experiencia y buen gusto, se puede llegar a conseguir un resultado increíble sin tener los medios de un gran estudio.