Igual que pasó con «Ander» en la Berlinale, la película peruana «Contracorriente» sorprendió por su manera de tratar la homosexualidad lejos de los grandes centros urbanos en los festivales de Sundance y Miami, ganando en ambos el Premio del Público.

La acción transcurre sobre los bellos escenarios naturales de Cabo Blanco, en Piura. En aquella paradisiaca caleta descrita por Hemingway, pero que el debutante Javier Fuentes-León prefiere pasar por el filtro del realismo mágico latinoamericano en la tradición literaria de Gabriel García Márquez.

«Contracorriente» describe un amor furtivo entre dos hombres, entre un pescador local y un pintor de fuera. La cerrada sociedad a la que pertenece el primero, no permite tales relaciones, menos aún tratándose de un hombre casado y que espera un nuevo hijo.

El fallecimiento accidental en el mar del artista precipitará trágicamente los acontecimientos, pero el nexo entre los dos protagonistas se prolongará más allá de la muerte. Al vivo se le aparecerá el fantasma del otro, pidiéndole que de descanso a sus restos. Un nuevo deseo a ocultar, porque tampoco se vería con buenos ojos.

Una película pequeña que, no obstante, ha obtenido el reconocimiento internacional.