El Friendship, grupo de apoyo de europarlamentarios para una solución negociada en Euskal Herria, realizó ayer una declaración donde además de saludar el «cese indefinido de las acciones armadas de ETA», reafirmaba su «compromiso para crear un escenario pacífico y democrático permanente» e instaba a la Unión Europea a «participar en el proceso» desde el reconocimiento de la trascendencia del momento. Asimismo, afirmaba que el compromiso de la izquierda abertzale con «las vías pacíficas y democráticas» auspiciadas por los Principios Mitchell exige necesariamente «el levantamiento de la prohibición de ese movimiento político». La de ayer constituye, sin duda, una declaración de gran valor político, que tiene la virtud de hablar claro y, especialmente en estos días de prohibiciones, detenciones y provocaciones varias, abrir horizonte en la buena dirección.

La implicación internacional, un elemento muy importante en tanto que aumenta la resonancia del esfuerzo colectivo y la ayuda a diferentes niveles en la búsqueda de soluciones negociadas, conlleva exigencia. El pronunciamiento del Friendship, o la Declaración de Bruselas, obligan a estar a la altura, a responder con seriedad a los retos que plantean. Pues los activos políticos que no se consigan en este país no vendrán de fuera, y sabiendo que en política puntúa lo bueno y puntúa lo malo, los errores y la falta de respuesta satisfactoria a la exigencia adquirida condicionarán la participación internacional.

Todo proceso de soluciones, y especialmente éste, no se mira sólo en el espejo del que está enfrente. Se mira en un juego multilateral de espejos: con la base social y militante, con los aliados y también con la comunidad internacional. El proceso actual se abre camino desde la unilateralidad ante el Estado, sin esperar al cheque o la contrapartida y, por tanto, dependiendo de las propias decisiones. Y a su vez, multiplica la bilateralidad con la base militante, con acuerdos entre aliados y con aportaciones a nivel internacional, como la de ayer del Friendship. Ése es el buen camino.