La política de dispersión que llevan a cabo los gobiernos español y francés contra los presos vascos se ha cobrado el octavo accidente de este 2010. Allegados del preso político Kandi Sagarzazu, que se encuentra preso en la prisión francesa de Toulon, sufrieron un accidente de coche cuando regresaban a Euskal Herria. El siniestro se produjo cientos de metros antes de llegar al peaje de Baiona.

Según informó Etxerat, uno de los ejes de la rueda se rompió y como consecuencia los ocupantes perdieron el control del coche, que comenzó a dar vueltas y giros de 360º hacia los lados durante 300 metros en plena autopista. Un camión pudo esquivar al vehículo y evitar así una tragedia.

El coche se estrelló contra un quitamiedos y frenó su marcha. Una de las ocupantes fue trasladada al hospital aquejada de dolor en el cuello pero, afortunadamente, no hubo mayores complicaciones.

Los allegados denunciaron la arrogancia mostrada después por los gendarmes y agradecieron el buen trato por parte de los bomberos.

Provocaciones en un tren

Por otro lado, una amiga del preso vasco Jon Crespo, encarcelado en Topas (Salamanca), fue retenida, identificada, registrada, humillada y empujada por tres policías españoles vestidos de paisano.

Según relató Etxerat, el suceso se registró en la tarde del martes en el tren de Salamanca a Bilbo. Explican que cuando estaban llegando a la estación de la capital vizcaina, los tres policías se pusieron de pie, la retuvieron y se identificaron como policías. Después empezaron a interrogarla, registrarla, amenazarla, y también le empujaron desde atrás, por la nuca, haciendo amago de pegarle.

En total, la tuvieron media hora retenida. También le preguntaron haber si llevaba drogas o armas. Añaden que al llegar a la estación, desde lejos los policías continuaron provocándole mediante gestos ofensivos.