Cinco antimilitaristas se enfrentaron ayer en el Juzgado de lo Penal nº 6 de Bilbo a un juicio por una acción no violenta, realizada el 14 de febrero de 2009, por golpear con mazos y picos el muro del Gobierno Militar de la capital vizcaina, simulando su demolición. Para los activistas, la Fiscalía ratificó su petición de 23.000 euros de multa.

La acción por la que fueron juzgados los cinco integrantes del Grupo Antimilitarista de Bilbo era la tercera que efectuaban bajo el lema «Abajo los muros de los cuarteles» y pretendía celebrar el aniversario de la insumisión y exigir el final de los ejércitos.

Ander Eiguren subrayó que la elevada petición fiscal, «por picar un metro cuadrado de muro», busca que los antimilitaristas dejen de impulsar acciones no violentas ante las dependencias militares. Ante este reto, aseguró que continuarán trasladando el debate a la sociedad a través de sus iniciativas imaginativas.

A su vez, uno de los acusados, Alberto Estefanía, manifestó que «la única postura posible del movimiento antimilitarista es seguir desobedeciendo, como viene haciendo estos 21 años, y seguir haciendo acciones no violentas y desobediencia civil para conseguir un mundo sin ejércitos». Ante la amenaza de la abultada multa económica, el imputado declaró a los periodistas que se dieron cita ante el Palacio de Justicia que «su trabajo antimilitarista no parará aquí porque el sentido común nos guía en una lucha en la que saben que la paz es el único camino».