
El Papa inicia una visita a Gran Breta�a con la pol�mica como tel�n de fondo

GARA |
Las iglesias cat�licas y anglicanas hicieron ayer hincapi� al resaltar la importancia de la visita hist�rica de Benedicto XVI a Gran Breta�a y Escocia, en una visita claramente marcada por los esc�ndalos y las constantes cr�ticas al Vaticano por su posici�n conservadora. Prueba de ese descontento es que miles de entradas para los actos del Papa no han llegado a venderse.
El papa Benedicto XVI se�al�, de camino a Gran Breta�a, que los abusos de menores por parte de religiosos cat�licos son una enfermedad y admiti� que su Iglesia en conjunto, los obispos y el Vaticano, no han sido suficientemente �vigilantes, veloces y decisivos� para tomar las medidas necesarias a la hora de afrontar los casos de pederastia.
En los �ltimos a�os se han multiplicado las denuncias contra curas pederastas, declar� que se qued� estupefacto al conocer �la perversi�n� de los abusos sexuales. �Estas revelaciones fueron un golpe para m�, una profunda tristeza. Es dif�cil entender c�mo esta perversi�n del ministerio sacerdotal ha sido posible�, agreg�.
Con esa reflexi�n sobre los errores de la Iglesia el Papa lleg� a Edimburgo, donde fue recibido por a reina Isabel II y por unos pocos miles de fieles que se congregaron en el centro de la ciudad. Pero no bes� el suelo como lo hizo su antecesor, Juan Pablo II, en su visita a Gran Breta�a en 1982, invitado por la comunidad cat�lica.
En una recepci�n en el palacio de Holyrood, el Papa pronunci� el primero de los 16 discursos que tiene previsto ofrecer durante este viaje. En una breve alocuci�n en ingl�s, repas� acontecimientos hist�ricos y record� las profundas ra�ces cristianas de los ingleses, a los que pidi� que mantengan siempre su respeto por los valores tradicionales y expresiones culturales ante �algunas formas agresivas de secularismo que ya no los aprecian o toleran�.
Desde Edimburgo, Benedicto XVI se traslad� a Glasgow, donde ofici� una misa ante unas 70.000 personas, en el primer ba�o de multitudes de este viaje, que la mayor�a de los brit�nicos ve con indiferencia. La visita ha sido criticada por numerosos grupos laicos brit�nicos que le acusan de ultraconservador y de ocultar los casos de pederastia.
En Glasgow, el Pont�fice advirti� a los j�venes contra la ilusi�n que representan �muchas tentaciones, como drogas, dinero, sexo, pornograf�a y alcohol�. �El mundo os dice que os dar�n felicidad, cuando, en verdad, estas cosas son destructivas y crean divisi�n�, afirm�.
Al t�rmino del acto, se dirigi� al aeropuerto de Glasgow para volar hacia Londres.