Penúltima oportunidad de vencer una etapa al sprint. Y una nueva exhibición con victoria de Mark Cavendish, la tercera en lo que va de Vuelta. El sprinter del Columbia demostró una vez más que en estos momentos es bastante superior a sus rivales.

El de Isla de Man, acostumbrado a vencer con comodidad, algo que le ha llevado a hacer cosas curiosas en los últimos metros de meta -como dar un saltito con su bicicleta-, sorprendió con una nueva anécdota: «He tenido que cambiar hasta cinco veces de piñón en el sprint». Ahí queda eso.

La llegada picada hacia arriba no le privó de llevarse el triplete en la carrera y, de paso, lograr la undécima victoria de la temporada y la número 65 de su carrera profesional.

La etapa, por lo demás, no dejó grandes novedades, ya que en un día de transición en espera de la decisiva jornada de mañana con final en la tan mencionada Bola del Mundo, Vincenzo Nibali (Liquigas) mantuvo el jersey rojo de líder.

El pelotón permitió una fuga inicial con ocho corredores, con Urtasun (Euskaltel), Estrada y Toribio (Andalucía), Pichot (Bouygues), Pietropolli (Lampre), Kaisen (Omega), Roels (Milram) y Benítez (Footon), pero nunca permitió una ventaja superior a los 2.40.

El pulso que mantuvieron los ocho escapados con el grupo principal se redujo a falta de 13 kilómetros. El belga Gilbert fue el primero en intentar la revolución, pero Liquigas y Quick Step apretaron los dientes. Ni uno ni otro. Goss (Columbia) limpió el camino para que su jefe levantara de nuevo los brazos.

A diferencia de la de ayer, la jornada de hoy promete espectáculo y podría cambiar las cosas en la general. Con un total de 231,2 kilómetros entre Piedrahita y Toledo, es la etapa más larga de la presente edición.

El espectáculo podría llegar en unos últimos 1.300 metros complicados donde los ciclistas se encontrarán con 100 metros de pavés, una recta de 500 metros en ligero descenso, otro medio kilómetro en subida al 6,2% de desnivel y una recta final de 200 metros.