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La apiterapia, una práctica más allá de la cucharada de miel para aliviar la garganta

El padre de la medicina, Hipócrates, ya la aconsejaba para combatir numerosas patologías. Es la miel y los productos de la colmena, todo un arsenal terapéutico muy en boga. Es la apiterapia, de la cual se ha hablado este fin de semana en Urola Garaia.

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Hablamos de toda aquella prática médica que conlleve el uso de las abejas y los productos que ellas fabrican para tratar o prevenir cualquier patología, o incluso cuando son simplemente utilizados como suplementos nutricionales», explica la experta Liena Hernández Orizondo, cubana de origen pero afincada en Barcelona desde donde dirige la filial de un laboratorio belga dedicado a productos relacionados con la apiteraia. Ella ha sido la invitada protagonista por Lekaio Kultur Elkartea a la cita de la miel que ha tenido lugar este fin de semana en Urretxu.

La cultura mesopotámica ya citaba la miel como medicamento, los egipcios también aludían a la cera de las abejas y la miel con esos mismos fines. Curaciones oculares, cicatrización de heridas o problemas digestivos han sido algunos de los usos de este producto al que el filósofo Pitágoras atribuía su longevidad casi centenaria.

«Si existe un producto que respeta la regla de ``ante todo no dañar'' dictada por Hipócrates, éste es la miel», resalta esta doctora en Farmacia y que durante cinco años dirigió estudios clínicos en su país de origen con los productos de la colmena en patologías infecciosas, resistentes a los antibióticos convencionales. «Todos deberíamos consumir miel a razón de una buena cucharada sopera al día», insiste a modo de eslogan, invitando, incluso, a que desde la misma infancia «reemplace al azúcar blanco en la alimentación».

La apiterapia tiene que ver con la ingesta de productos provenientes directamente de la colmena como son miel, polen, propolis, jalea real, cera y veneno de abeja, pero también con otra amplia gama de derivados en forma de jarabes, cápsulas o cremas. Lo que no conoce tanta gente es el uso de la mismísima picadura de abeja también con fines terapéuticos. En un país como EEUU, asegura, entre 30.000 y 40.000 personas se tratan cada año con esta peculiar práctica.

Tratamiento con picaduras de abeja

«El dejarse picar por las abejas para tratar algunas afecciones también es una práctica ancestral. Se dice que el propio Carlo Magno lo utilizaba para los ataques de gota, haciéndose picar manos y piernas», pone a modo de ejemplo Liena.

Esta técnica consiste en practicar con picadas de abejas vivas y se conoce como ``apipuntura''. Su veneno, afirma, «es un carditónico, un fuerte anticoagulante y un activo agente inmunológico». Y sus indicaciones se encaminan tanto para el reumatismo, la artritis, mialgias, neuralgias, migrañas y un largo etcétera. Eso sí, siempre bajo la supervisión de un profesional, porque quién no sabe lo que es la picadura de una abeja.

Algunos apiterapeutas lo aplican colocando directamente las abejas sobre la piel para que estas claven su aguijón, y otros, sin embargo, prefieren utilizar apitoxina elaborada en inyecciones, con la diferencia de que esta segunda práctica es indolora. ¿Y cuántos aguijonazos? Es la pregunta que se hace quien oye hablar sobre este técnica por primera vez. Pues cada cual tiene su ``escuela''.

Hay quienes aconsejan unas pocas abejas, por ejemplo 6-8 tres veces por semana, colocadas en los lugares doloridos, en tratamientos que son a largo plazo. Otros, tras comenzar con unos pocos aguijones, multiplican las picaduras y en un par de semanas pasan a 15-20 aguijonazos, tres veces por semana.

Todo dependerá del paciente, la enfermedad, la forma de vida que lleve... No obstante, la mayoría de los casos suelen realizarse entre 7 y 10 sesiones, aunque cuando existen factores sicológicos el tratamiento puede no ser tan eficaz a corto plazo. En cualquier caso, no es ni mucho menos una práctica sencilla y menos aún como tragarse una pastilla, aunque se asegura que muchos pacientes mejoran de sus dolencias.

Pero la invitada de estos días en Gipuzkoa prefiere centrarse en consejos más a mano de la gente, sobre todo ahora que estamos en puertas de la temporada otoño-invierno, llena de afecciones respiratorias y virus. Y para estos malestares, la miel suele ser un santo remedio.

Dos sencillas recomendaciones son las que deja Liena Hernández. «Tomar todas las mañanas una cucharada de miel de eucaliptus mezclada con extracto de propolis, muy eficaz para proteger la garganta», la primera. Y cuando lleguen las fechas navideñas o días de copiosas celebraciones, «incluir unas gotas de extracto de propóleo al vaso de agua, y así estimulamos la digestión de las grasas y la eliminación de las toxinas».

Es la apiterapia, una de ésas ``medicinas paralelas'', definición que para esta experta «no es justa». La apiretaria y sus productos «son excelentes armas de prevención», defiende. Al menos, seguro que una cucharada de miel al día no hace mal a nadie.

La Euskal Jaia de Urretxu fue más dulce que nunca

Una mañana muy dulce la de ayer en la localidad de Urretxu, durante la celebración de su popular Euskal Jaia. Y es que la miel fue la gran protagonista de su tradicional mercado artesano, donde se pudieron probar las elaboraciones de algunos apicultores urretxuarras, en una zona geográfica de gran tradición apícola y que acoge incluso el singular museo de las abejas, conocido como Aikur. Los asistentes también pudieron conocer de primera mano las clases de flores de las que obtienen las abejas el polen y el néctar, y su repercusión en el color y el sabor de la miel. Y cómo no, probar distintas mieles, comprarlas y hacerse también con productos derivados de la colmena. Todo de la mano de Lekaio Kultur Elkartea.

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