«Como nos fiamos poco de la palabra del Ayuntamiento, varios jóvenes van a comenzar una huelga de hambre hasta que se dé una solusión». Son las palabras de Iñurriak, el movimiento juvenil de Barañain, algunos de cuyos representantes confían en poder reunirse a mediodía de hoy con responsables municipales para llegar a un acuerdo en torno al edificio del gaztetxe, clausurado por el Consistorio gobernado por UPN en mayo pasado.

El sábado, tal y como había anunciado, Iñurriak llamó a una apertura simbólica del inmueble. Más de dos centenares de personas respondieron a la convocatoria en la plaza del ayuntamiento. Algunos de los asistentes abrieron la puerta del antiguo gaztetxe, pero sin acceder a su interior. Después, se dirigieron a la plaza para proseguir con la fiesta convocada, no sin antes haber colocado algunas pancartas reivindicativas en el edificio. Su intención, según han manifestado, es la de abrir dicho espacio a todos los colectivos populares de la localidad, ya que defienden el «derecho» a poder disponer de locales públicos para el desarrollo de actividades.

Poco después, sobre las 14.00, varias furgonetas de la Guardia Civil se presentaron en el lugar, ordenando a los asistentes desalojar el lugar. Ante la negativa de éstos, dos concejales de NaBai mediaron ante el alcalde José Antonio Mendive para evitar incidentes. Al final, el primer edil accedió a recibir a una representación de los jóvenes este lunes, a mediodía. Los participantes se retiraron después de haber obtenido ese compromiso, lo mismo que los policías, que no llevaron a cabo ninguna carga ni detención.

A la espera de que la cita de hoy se lleve a cabo y de la postura que mantenga el alcalde de UPN, desde Iñurriak ya se ha anunciado que seguirán con las iniciativas durante esta semama para seguir reclamando locales. La principal de esas acciones es el comienzo de una huelga de hambre por parte de varios de de sus miembros delante del propio edificio consistorial.

«Un espacio abierto a todos»

El gaztetxe de esta localidad fue clausurado por oden judicial y entregado al Ayuntamiento en mayo de este año. Desde entonces, el movimiento juvenil ha seguido reclamando que le sea devuelto y la del sábado fue la última iniciativa, abriendo la puerta del edificio, «para conseguir lo que no hemos podido pidiéndolo».

Desde Iñurriak se insiste en el «derecho» a disponer de locales para los colectivos de la localidad y se invita a todos ellos a participan del movimiento juvenil, insistiendo en que las puertas del gaztetxe estarán «abiertas para todos ellos».

La reunión de hoy con el primer edil -que al parecer se negó a convocarla por escrito- puede ser determinante para desatascar una situación que muchos jóvenes de Barañain viven con preocupación.