La liturgia del sacrificio me suena, más de lo que me gustaría. Pero me sorprende que lo diga alguien como Álex de la Iglesia, ahora flamante Premio Nacional español de Cinematografía, y no porque no haya sacrificado nada en su vida, cosa que ignoro, más bien porque palabros como sacrificio y redención quedan algo lejos de la imagen pública que él ofrecía hasta el momento. Bueno, más que de redención, él habló de placer, que no es exactamente lo mismo. Precisamente un placer ha sido conversar con Josh Radnor, el director, actor principal y guionista de «Happymorethankyou». Desconozco la faceta sacrificada del señor Radnor pero, sí que los resultados de su trabajo me parecen más que aceptables. Radnor es sencillo, amable y simpático, sin ser empalagoso, y tiene muy claro que le encantaría llegar a hacer películas tan buenas (masterpieces) como las de Woody Allen. Algo cansado nos ha hablado de las claves de su cinta, de cómo distribuyó los papeles entre los actores y actrices en una entrevista que este diario publicará en diciembre, cuando su película llegue a las salas vascas. Otro de los invitados estrella ha sido Pasqual Maragall. De político a actor, digamos que involuntario pero con muchísima voluntad. Maragall protagoniza «Bicicleta, cullera, poma», un documental dirigido por Carles Bosch y que retrata parte del proceso de lucha contra el Alzheimer del ex president de Catalunya. Luchar y sacrificarse, eso tendrán que hacer los fans de Julia Roberts por obtener una sonrisa suya, aunque no lo van a tener fácil.