A falta de tres meses para que finalice el año, las bajas mortales entre las fuerzas ocupantes en Afganistán superan ya la cifra del año anterior, ascendiendo a los 529 muertos. Ese dato es comparable con los momentos más críticos de la ocupación de Irak, en 2007, con la gran diferencia que los «cartuchos» que la Administración Bush gastó en aquel momento ya los ha gastado Obama en el caso afgano. Ya ha reforzado el contingente con las tropas que sacó de Irak y su apuesta por milicias que lleven el conflicto a términos civiles no parece tener futuro en suelo afgano, donde los ocupantes son el objetivo claro de todas las facciones. También ha desplazado allí al «héroe» que hizo de su derrota en Irak un fracaso con sabor a éxito, el general David Petraeus. No obstante, el historiador Gareth Porter denuncia que Petraeus ha alcanzado unas cotas de poder insólitas, hasta el punto de tener el control efectivo sobre la maquinaria de guerra estadounidense. De hecho, a pesar de haber acordado en 2009 una estrategia de repliegue con Obama para 2011 sin opción de retraso, parece que ahora puede querer forzar esos plazos. Leones y corderos, halcones y palomas... la historia de siempre.