Viviane Reding y la comisaria europea de Interior, Cecilia Malmstrom, se reunieron a puerta cerrada con la Comisión de Libertades Civiles del Parlamento Europeo (PE) para informar del desarrollo del análisis que la Comisión Europea (CE) está realizando sobre la política contra los inmigrantes gitanos que ha puesto en marcha el Gobierno francés. En el transcurso de la reunión, Reding indicó, según el testimonio del eurodiputado español Juan Fernando López Aguilar recogido por Efe, que «existen sólidos indicios» de que el Estado francés ha cometido una infracción del derecho comunitario.

La comisaria de Justicia citó la circular enviada por el Ministerio francés de Interior el pasado 5 de agosto a las autoridades policiales instándoles a dar prioridad al desmantelamiento de los «campamentos de los gitanos rumanos». Según añadieron las mismas fuentes, «la circular, que no es una carta privada sino jurídicamente vinculante, no habla de desmantelar en base a delitos cometidos de forma individual, sino en base a la pertenencia a una etnia», lo que confirma el carácter discrimina- torio de la política contra la inmigración que ha puesto en práctica el Gobierno de Nicolas Sarkozy.

La difusión del polémico texto obligó al titular de la cartera, Brice Hortefeux, a redactar una nueva circular, en la que la frase discriminatoria fue sustituida por la siguiente: «sean los que sean sus ocupantes».

La comisaria Reding anunció hace una semana que no veía más opción que iniciar un procedimiento de infracción contra el Estado francés al sospechar que París viola la normativa comunitaria sobre la libre circulación de las personas. Su comparación de las expulsiones de gitanos con lo ocurrido durante la Segunda Guerra Mundial provocó una fuerte polémica.

Lejos de amedrentarse por las virulentas críticas de Sarkozy, ayer Reding se lanzó al contraataque y aseguró haber salido «reforzada» de la polémica, además de advertir de que seguirá hablando «alto y claro» si alguno de los Veintisiete no respeta los valores de la Unión Europea.

«¿Qué críticas?», respondió la comisaria durante una multitudinaria rueda de prensa en Estrasburgo al ser preguntada por si temía que las duras críticas del presidente francés afectaran a su trabajo.

«Cuando un hombre, en política, pega un puñetazo en la mesa, es un gesto de virilidad, se está defendiendo. Cuando lo hace una mujer, es una histérica. Por eso tenemos la cuestión de la igualdad de género hoy encima de la mesa», argumentó.

Reiteró que lamenta que sus palabras de hace una semana fueran «tergiversadas» de tal forma que sirviera para «no centrarse en el verdadero problema».

Señaló, asimismo, que confía en que la «agitación» de los últimos días sirva para que en el futuro todo el mundo se tome «en serio» la búsqueda de una solución a un problema que afecta a diez millones de ciudadanos europeos, y anunció que volverá a abordar el asunto de los gitanos para analizar cómo se están invirtiendo los fondos europeos destinados a la integración de esta minoría.

Al término de la reunión de ayer informó de que los servicios jurídicos de la CE analizan las respuestas enviadas por París a petición de Bruselas y que emitirán sus conclusiones en «unos días». El Ejecutivo comunitario tiene previsto debatir el 29 de setiembre si abre finalmente expediente contra el Estado francés por violar el derecho europeo.