Derbi en el Sadar los rojillos remontan el gol al cuarto de hora de Tamudo
El curioso devenir de las tendencias
Osasuna se reencontró con el gol, su asignatura pendiente, y protagonizó un revolcón después de que la Real no supiera sacar provecho al haberse adelantado en el marcador. Ahora ambas escuadras vascas se encuentran empatadas a cuatro puntos en la tabla.
OSASUNA 3
REAL 1
Natxo MATXIN
Negros nubarrones flotaban sobre Iruñea por el flojo comienzo rojillo, mientras en Donostia reinaba el sol de la ilusión por disfrutar de un equipo desinhibido en su regreso a la máxima categoría. La tendencia apuntaba a victoria txuri urdin, pero si alguna característica tiene un derbi, es su peculiar singularidad, en la que de nada sirve lo vivido en jornadas pretéritas.
Y eso les ocurrió a las dos escuadras vascas en liza que, pese a las diferentes sensaciones mostradas hasta ayer, ahora se encuentran empatadas en la tabla a puntos, pero con el común denominador de que ambas van a tener que sudar lo suyo para alcanzar el objetivo mutuo, que no es otro sino el de la permanencia. Los navarros se reencontraron con el gol, pero esto no va a ser un camino de rosas para ellos, y a la escuadra txuri urdin también le vendrá bien la derrota para bajar de una nube demasiado tempranera.
Así, sin obtener premio a su mejor disposición y sí un castigo excesivo al cuarto de hora, Osasuna saltó mandón al césped, mientras a la Real le costó buscarse el sitio sobre El Sadar. Con el desparpajo propio de un conjunto que se sabe con la moral muy alta, los de Martín Lasarte atacaban con muchos hombres, pero al mismo tiempo dejaban un buen número de espacios para los anfitriones.
Antes de ello, Miguel Flaño ya pudo poner por delante a los navarros sin que las manecillas del cronómetro hubieran siquiera llegado al minuto uno de partido. Pero el central de Noain remató en una postura demasiado forzada para lo sencillo que parecía el envío de Puñal desde el banderín de corner.
Camuñas comenzó a hacer acto de presencia por la izquierda. Un caracoleo al borde del área txuri urdin con disparo final a las manos de Bravo y un centro chut al que no llegó Leka, se confió el meta chileno y su defensa, y acabó saliendo pegado al segundo palo. Osasuna había perdonado y estaba en la antesala de pagarlo.
Tamudo, que no ha perdido su olfato al firmar su tercera diana en otros tantos encuentros, puso a los de Lasarte por delante a las primeras de cambio tras aprovecharse de lo que pretendía ser un despeje de Puñal a saque de puerta de Bravo y que se convirtió en una excelente peinada para los intereses del atacante catalán.
El gol es una cuestión de ánimo y volvió a demostrarse sobre la hierba del estadio iruindarra. El 0-1 dio alas a la escua- dra guipuzcoana, que se serenó y empezó a tocar mejor, y dejó bastante descompuestos a los rojillos, a los que les costó un buen taco de minutos volver a reencontrarse con el nivel futbolístico necesario como para pensar en la remontada.
Lo que le costó a Pandiani ir ajustando su punto de mira. Primero empalmó con la zurda fuera en el 23 y después disparó flojito a las manos del cancerbero txuri urdin en el 31. Fue la antesala de su estreno en la presente temporada y de Osasuna. Un centro con la derecha de Monreal y cabezazo inapelable del chárrua adelantándose a De la Bella, una jugada ya vista en El Sadar. Tamudo y Pandiani, unidos en el pasado en la línea ofensiva del Espanyol, demostraban una vez más que la veteranía es un grado.
La buena ola de la igualada calmó al manojo de nervios que era Osasuna -Puñal y Juanfran chocaron cabezas como muestra de la tensión existente en el cuadro local- y espoleó a los encarnados, que se conjuraron para marcharse a vestuarios por delante en el marcador.
Precisamente el de Crevillente, que hasta ese momento lo había intentado todo pero sin suerte ni acierto, se sacó de la chistera una jugada individual para marcharse de dos rivales y dejar el gol en bandeja para Camuñas, que sólo tuvo que empujar la pelota a las redes. El revolcón se materializaba, cir- cunstancia no muy habitual en El Sadar.
Tamudo amaga y Aranda remacha
El descanso no rebajó la intensidad del derbi -un gol metía otra vez al equipo txuri urdin en el envite-, pero sí la llegada a las respectivas porterías. El partido entró en una fase enmarañada, en la que lo más destacado fue la apuesta ofensiva de Lasarte, optando por dos delanteros natos y retrasando a Zurutuza al pivote. La Real buscaba el empate y Osasuna cedía el esférico, a la espera del lance con el que finiquitar el encuentro.
Un lío dentro del área rojilla provocado por un despeje forzado de Ricardo a un saque de esquina muy bien botado por Griezmann fue la oportunidad visitante para meterse de nuevo en la contienda. El más listo de la clase, otra vez Tamudo, tiró de tijereta para tratar de perforar por segunda vez la meta del cancerbero madrileño, pero su acrobático remate se fue por encima del larguero.
La Real no aprovechó la favorable circunstancia y Osasuna se dispuso a finiquitar el choque, también de un corner. El recién entrado Aranda aprovechó sus minutos para, en el segundo palo, imponerse a De la Bella -el lateral fue otra vez protagonista desafortunado, aunque rozando la falta el atacante malagueño- y sumar una tacada de tres goles por parte de un conjunto absolutamente reñido con la eficacia y el acierto. Las singularidades de un derbi volvían a poner de manifiesto que de poco valen los precedentes en un encuentro de este tipo.