La furia de grupúsculos de agitadores como Dignidad y Justicia contra la posibilidad de una resolución negociada al conflicto y la pérdida de papeles de dirigentes del PP como Basagoiti, que llamó «cretino profesional», por ejemplo, a Desmond Tutú, o a Mandela, son indicios de que algo se está haciendo bien. Y Rodríguez Zapatero tiene una ocasión de oro para afrontar el que pudiera ser el mejor paso de su vida política. No debería atarse a las condiciones de los furiosos.