No creo que sea exagerado afirmar que Zapatero le ha clavado en la espalda un puñal mayor que el as de espadas a su comilitón Patxi López a cuenta de la transferencia de políticas activas de empleo.

Urkullu comió con ZP y se volvió a Sabin Etxea con una transferencia de hace treinta años más contento que un chaval con zapatos nuevos, y a López se le quedó cara de pasmao.

Ayer en la prensa reflejaban el hecho con muy diversos matices y con alguna muestra de compasión por el lehendakari de Portugalete.

El editorialista de «El Diario Vasco» tenía claro que este acuerdo «revela los límites que afectan a la acción del Gobierno López al verse forzado a dejar en manos nacionalistas el delicado capítulo del desarrollo autonómico». En otras palabras, ¡menudo papelón el de López!

En «Abc» lo denunciaban desde su principal titular: «El PSOE compra al PNV el apoyo a los presupuestos por 472 millones». Leído así, podría pensarse que la pasta es para Urkullu y los suyos, ¿verdad?

También «La Razón» llevaba a portada el asunto y en parecidos términos a los anteriores: «El PNV salva la Legislatura a Zapatero a cambio de 472 millones».

Por extraño que parezca, el titular de «El País» parecía calcado al anterior: «El PNV salva a Zapatero con su apoyo a los Presupuestos». Y para mayor humillación de López, Ares y compañía, consignaba dos apuntes más en portada: «Urkullu cambia seis votos por 472 millones para empleo en Euskadi» y «El Gobierno mejora un 50% el traspaso pactado con Patxi López». Con amigos así, pensará López, para qué necesito enemigos.

Se pueden imaginar el alborozo en «Deia», que en portada ridiculizaba a quien les sacó de Ajuria Enea: «El PNV trae a Euskadi los 472 millones de las políticas activas que López no pudo conseguir». Habrá que leer la crónica del Alderdi Eguna del próximo domingo.

En «Noticias de Gipuzkoa» se cebaban un poquito más con una entrevista a Josu Erkoreka, muñidor del acuerdo: «Esperemos que el Gobierno Vasco sepa gestionar este regalo». Si tenemos en cuenta que es una transferencia de hace treinta años, hablar de regalo...