El abogado sudafricano, facilitador en procesos de negociación e impulsor de la Declaración de Bruselas, Brian Currin, hizo público ayer un escueto pero claro comunicado de dos puntos. En él dice que ha leído detenidamente el último comunicado de ETA y lo ha repartido entre todos los firmantes de la Declaración de Bruselas, y anuncia una respuesta a la organización armada tras consultar y recoger aportaciones. Termina remarcando la trascendencia del momento político, animando a abordarlo con «actitud paciente, reflexiva e inteligente».

Este comunicado contrasta con la postura oficial del Gobierno español que, en boca de su vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega, insistía enrocándose en el «no» como consigna en todas sus conjugaciones posibles e imposibles: «No cabe nada, no hay ningún atajo, no hay nada que comentar sobre lo que no significa nada nuevo». Se dice que la doble negación equivale a una afirmación, y en este caso, por reiteración, multiplicada por cuatro. Públicamente están en esa posición, de la que no pueden moverse fácilmente debido al pressing del PP. Buscan ganar tiempo para posicionarse mejor ante lo inevitable, pues privadamente la gestión del proceso y de sus tiempos es una realidad de imposible negación. Ambos comunicados, con formulaciones y mentalidades tan diferentes, son la prueba de que la rueda no para. Está en marcha, y con recorrido.