La asamblea apoyó por mayoría la integración de Caja Sur en BBK, con 76 votos a favor, entre ellos los del PNV, PSE, CCOO y ELA, mientras que 11 votos fueron contrarios, entre ellos 8 de la izquierda abertzale y LAB.

Este tema generó más debate que nunca dentro de la asamblea, ya que hubo hasta quince intervenciones. En la calle, de forma previa, se concentró la izquierda abertzale con Arantza Urkaregi y Tasio Erkizia a la cabeza, y los responsables sindicales de LAB. También el Partido Andalucista acudió a manifestar el rechazo a esa integración, su máxima responsable, Pilar González, entregó una carta al presidente de BBK, Mario Fernández, rechazando la operación e indicándole que si provoca despidos de trabajadores en la caja andaluza «pediremos el boicot contra BBK». En este tema, Fernández explicó que «el ajuste necesario será lo menos traumático posible».

2.700 millones

En el debate de la asamblea, el máximo responsable de la caja aseguró que el paso dado por la entidad vizcaina «no significa una apuesta por la bancarización de la caja», aunque para la adquisición de la andaluza se ha realizado a través de BBK Bank, sin que tampoco contase con el apoyo de la asamblea, como denunció Arantza Urkaregi a la entrada del encuentro en Bilbo, además también se constituirá una fundación en Córdoba que «desarrollará la obra social».

El presidente de BBK destacó que la operación «utiliza una parte de nuestro excedente, 2.700 millones» y permite a la caja adquirir mayor tamaño y pasar al séptimo puesto del Estado español en lo que se refiere a los activos, aunque pierde solvencia ante la situación de crisis de la caja cordobesa.

Por el contrario, una fusión entre las cajas vascas hubiera proporcionado una mejor solvencia y mayores recursos a la nueva entidad.

Cajas vascas

Arantza Urkaregi le interpeló por esa fusión, pero Fernández respondió que «no es momento de fusiones de las cajas vascas», porque BBK «lo ha intentado dos veces y media, de forma pública y a través de contactos, pero no avanzaron».

Un hecho cierto, pero que no se comprende porque meses antes de pujar por Caja Sur cerró oficinas en Andalucía y, a la vez, consideró que esa zona no era de las viables para desarrollar una actividad financiera.

Tras las elecciones forales y locales del próximo año el mapa institucional pondrá sobre la mesa de nuevo ese tema, sobre todo teniendo en cuenta que hacia marzo las cajas vascas tendrán que acomodarse al nuevo decreto estatal sobre cajas.

Fernández afirmó que «la adquisición de Caja Sur permite a BBK estar presente en el proceso de reestructuración del sector», en el que aventuró una «segunda vuelta» que implicará nuevas oportunidades de crecimiento.

El presidente de BBK analizó también la nueva normativa de Basilea III y que resumió indicando que «para financiar la misma actividad, las entidades de crédito necesitarán más recursos propios», lo que implicará -a su juicio- que las cajas que no sean capaces de captar capital tendrán que reducir actividad. «El tamaño será un factor importante», precisó Mario Fernández. Arantza Urkaregi representante de la izquierda abertzale en la asamblea, dejó claro a su entrada que «no entendemos cómo dijeron que no era posible una fusión de las cajas vascas y resulta que hacen una intervención en Caja Sur, que reconocen que es arriesgada».

Para Urkaregi, BBK debe potenciar su función social y evitar la privatización. «La absorción de Caja Sur no beneficia a la ciudadanía de Bizkaia ni a la de Euskal Herria. Hace tiempo que hemos reivindicado que se invierta el 50% del beneficio en la obra social, pero en este caso vemos que la prioridad se sitúa más en sacar a Caja Sur de su mala situación que a potenciar el carácter social de la caja y apoyar a la sociedad».